Guerra
La escasez de misiles podría poner en aprietos a las fuerzas aéreas ucranianas
La falta de inversión de Occidente en la industria de la Defensa pone en entredicho el suministro de armas a Ucrania en un momento clave
Las consecuencias tácticas del retraso del envío de armamento occidental en Ucrania podrían ser graves en un momento en el que las tropas de Kyiv preparan la contraofensiva de primavera. Los ucranianos necesitan contrarrestar la ofensiva invernal de Rusia y anotarse alguna nueva victoria militar como la de Járkiv o Jersón. Los ataques rusos contra las infraestructuras energéticas, destinados a dejar sin luz y sin calefacción a los ucranianos en pleno invierno, no lograron su objetivo estratégico. Pero la sensación de los expertos militares es que la ofensiva sólo ha fracasado parcialmente. La población ha resistido gracias también ha temperaturas más suaves de lo habitual y a la rapidez con que la red eléctrica pudo ser reparada. Ucrania, a su vez, ha sabido utilizar con éxito sus defensas antiaéreas y los índices de interceptación del fuego ruso han sido especialmente elevados. Pero los arsenales de misiles y drones se están vaciando.
Así ha quedado de manifiesto en los documentos filtrados del Pentágono, que aunque deben cogerse con pinzas, señalan la cuestión crucial de las reservas de misiles en Ucrania. Los papeles apuntan a que la capacidad de defensa de su frente podría verse totalmente reducida a partir del 23 de mayo, que enumera los sistemas entregados por Occidente, además de los S300 que tenía ya Ucrania. "Le Figar" asegura que estos misiles no son intercambiables, ya que permiten una defensa de corto alcance, como los Stinger; de medio alcance, como los S300; o de largo alcance, como los Patriots. Para ser eficaces, los sistemas deben estar integrados y vinculados a capacidades de detección por radar.
Según el análisis de los documentos secretos estadounidenses, se esperaba que los manpads, así como los sistemas BUK, Iris-T y Nasams, se quedaran sin munición entre finales de marzo y mediados de abril. A finales de mayo, sólo unas pocas ciudades y posiciones dispondrían de una defensa aérea sólida. Ante la escasez, los ucranianos se verán obligados a arbitrar entre varias opciones de defensa. Si esta información es correcta, los rusos podrían recuperar capacidad de maniobra.
"Recuperar los cielos"
El Ministerio de Defensa ucraniano aseguraba recientemente que están "intentando recuperar los cielos". Hasta ahora, la fuerza aérea rusa, incapaz de coordinarse adecuadamente con el resto de las fuerzas terrestres y de protegerse de las defensas ucranianas, había mostrado poca presencia en el campo de batalla. La industria de defensa rusa también se veía presionada para aumentar su producción, especialmente de aviones no tripulados. Aunque los rusos "han consumido gran parte de sus existencias" de misiles de precisión, como asegura una fuente militar francesa, han "diversificado" sus capacidades y regenerado sus capacidades de producción, se dice.
Las autoridades ucranianas no pierden oportunidad en insistir que las capacidades de defensa aérea son "la prioridad número uno". "Para nosotros, es esencial destruir el dominio ruso en el aire", declaró este miércoles en Madrid el ministro de Defensa, Oleksi Reznikov, de visita oficial a nuestro país. Desde la fecha del análisis estadounidense, el estado de las defensas ucranianas puede haber cambiado. Francia e Italia deben entregar un sistema SAMP/T en los próximos días. Pero no es suficiente. Occidente también ha podido entregar nuevos misiles, aunque existe preocupación por el vaciado de los arsenales propios. Con el final de la Guerra Fría, Occidente se creyó la teoría del "Fin de la Historia" y dejó de invertir en Defensa ante la falta de amenazas. Hubo un despertar con los atentados de las Torres Gemelas, pero la Guerra contra el Terrorismo ha requerido de otras habilidades (más inteligencia y tácticas híbridas) que las que exige una guerra convencional como la que se está librando en Ucrania. Las capacidades de producción de EE UU y de Europa, sobre todo, son limitadas.
Para defender su espacio aéreo, el Ejército ucraniano reclama a Occidente la entrega de cazas. Está previsto que reciba 17 Mig29 de Polonia y Eslovaquia. Este viernes, Alemania también aceptó la reexportación por parte de Polonia de cinco aviones que anteriormente pertenecían a la RDA. Pero todavía Washington y las capitales europeas se resisten a entregar aviones modernos.
El debilitamiento de las defensas antiaéreas supone una doble amenaza para Ucrania. Sus centros neurálgicos pueden volver a ser vulnerables a los bombardeos rusos. Y su ofensiva, que implica una acumulación de fuerzas cerca de la línea del frente, requiere medios de protección aérea, especialmente para sus centros de mando. Tal y como se refleja en los papeles filtrados del Pentágono, Occidente teme que Rusia pueda recuperar localmente la superioridad aérea y con ello obtener una ventaja en la guerra.
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