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Gira en Europa

La desconfianza ensombrece la visita del primer ministro chino a Alemania tras cinco años congeladas por la pandemia

Aunque China sigue siendo el mayor socio comercial de Alemania, el entorno político se está volviendo cada vez más difícil para las empresas germanas asentadas en suelo chino

El primer ministro de china visita Berlín ASSOCIATED PRESSAP

El primer ministro chino, Li Qiang, inició este lunes su primera visita oficial a Alemania, con el trasfondo de la creciente desconfianza con Occidente aunque con el objetivo de mantener la “tradición de amistad” con Berlín. Por primera vez en cinco años, las consultas gubernamentales germano-chinas se llevarán a cabo en persona y conscientes de que, desde los tiempos de Angela Merkel, muchos factores han cambiado en las relaciones entre los dos países, incluido el panorama global, la seguridad o la política interna germana. La desconfianza mutua es innegable entre ambas potencias. No obstante y casi al mismo momento en que el presidente federal Frank-Walter Steinmeier recibía a Qiang en el Palacio de Bellevue, un comunicado emitido por la embajada china insistía en esa premisa y aseguraba que “en tiempos como este, es aún más necesario que China y Alemania mantengan su tradición de la amistad". Una palabras que, aún distintas, sostenían el mismo mensaje que las declaradas esa misma mañana por Scholz que, en una jornada organizada por la Asociación Federal de la Industria Alemana, declaró que “en un mundo en el que China está volviendo al PIB mundial que tenía antes de la industrialización, tenemos que hablar y arreglarnos entre todos".

La parte china está dispuesta a "explorar conjuntamente los potenciales de cooperación, abordar adecuadamente las diferencias y discrepancias y enriquecer nuestra asociación estratégica en términos de contenido", sostenía el comunicado emitido por la Embajada china. Sin embargo, la realidad es otra. El politólogo de Pekín, Wu Qiang lanzó una mirada más analítica en las relaciones bilaterales. Preguntado por el informativo “Tagesschau” de la televisión pública alemana, el analista aludió a que China y Alemania se encuentran en una fase de autorreflexión y en una fase de escepticismo mutuo: "la desconfianza entre China y Alemania afecta a temas como Taiwán, la guerra en Ucrania, así como las relaciones con Estados Unidos o la cuestión de cómo continuarán las relaciones económicas germano-chinas". Aunque China sigue siendo el mayor socio comercial de Alemania, el entorno político se está volviendo cada vez más difícil para las empresas germanas asentadas en suelo chino. En esta línea y según puntualiza la prensa alemana, China quiere que las empresas internacionales ignoren por completo sus aspectos políticos o incluso cuestiones más críticas como los derechos humanos. También se prevé que la ley china contra el espionaje, que permite a las autoridades de China que criminalicen a las empresas extranjeras y a sus empleados, esté sobre la mesa. Probablemente Li Qiang tendrá muchas preguntas sobre la Estrategia de seguridad nacional que el gobierno federal presentó la semana pasada y en la que se menciona a China seis veces. Asimismo, Beijing es consciente de que Alemania también se está interesando cada vez más en la situación de seguridad en la región de Asia y el Pacífico y seguramente critiquen el comunicado hecho por el ministro federal de Defensa, Boris Pistorius que; a principios de junio; anunció que el próximo año enviará barcos de la Armada alemana a la región.

El lunes por la noche, Li se reunió con el canciller para una cena previa a las consultas que arrancan el martes. En sus propias palabras, Scholz espera una “reunión de trabajo muy importante” y añadió que es el momento adecuado ya que hay una situación mundial en la que tiene especial sentido intercambiar ideas entre ambos países. Otros temas serán la lucha contra el cambio climático y la reestructuración de la economía. En este aspecto, el presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), Marcel Fratzscher, ve el peligro de que la economía alemana se quede atrás en la competencia con China y Estados Unidos. "Lo hemos visto durante muchos años en la industria automotriz", dijo Fratzscher. La industria alemana debe volverse más innovadora y sostenible para poder mantenerse frente a la competencia global. En cuanto a las relaciones comerciales con China, existe el riesgo de que la Alemania se exponga al chantaje. “Necesitamos hablar con una sola voz en Europa”, agregó el economista. El viaje de Li a Alemania se enmarca en una gira europea, que completará en Francia, según habían informado previamente fuentes del gobierno chino. El primer ministro chino participará en París en la llamada Cumbre por un Nuevo Pacto Global de Financiación.