Elecciones

La histórica victoria del Sinn Fein en Belfast da alas a la reunificación de Irlanda

Desde la división de la isla en 1921, la capital de Irlanda del Norte había estado dominado por los unionistas

Casi un cuarto de siglo después de que el Acuerdo del Viernes Santo de 1998 pusiera fin a los `Troubles´, los nacionalistas del Sinn Féin han hecho historia en Irlanda del Norte
Casi un cuarto de siglo después de que el Acuerdo del Viernes Santo de 1998 pusiera fin a los `Troubles´, los nacionalistas del Sinn Féin han hecho historia en Irlanda del NorteNiall CarsonAgencia AP

Casi un cuarto de siglo después de que el Acuerdo del Viernes Santo de 1998 pusiera fin a los `Troubles´ -tres décadas de sangriento conflicto entre católicos y protestantes, en el que murieron más de 3.500 personas- los nacionalistas del Sinn Féin, el que fuera brazo político del ya inactivo IRA, han hecho historia en Irlanda del Norte al convertirse, por primera vez, en la fuerza más votada. Desde la división de la isla en 1921, el Gobierno del Belfast había estado dominado por los unionistas.

El lento recuento del complejo sistema electoral utilizado en los comicios del pasado jueves aún no había finalizado. Pero las predicciones de los sondeos se cumplían con el protagonismo absoluto de los republicanos y el ocaso de los protestantes euroescépticos del DUP, sumidos en los últimos años en una gran crisis por los efectos del Brexit. Los cambios de líder han sido constantes y el electorado les ha abandonado por otras formaciones, como el Partido Alianza de Naomi Long, de centro liberal y no sectario.

En los últimos 15 años, los republicanos del Sinn Fein han ocupado el segundo puesto en el poder compartido con los monárquicos del DUP. El acuerdo de paz obliga a ambas comunidades a gobernar en coalición. A efectos prácticos, el cargo de ministro principal y vice-ministro no tiene ninguna diferencia. Sin embargo, la victoria de los nacionalistas es tremendamente simbólica en una región aún fuertemente dividida entre aquellos que quieren seguir formando parte del Reino Unido y los que buscan la reunificación con la República de Irlanda.

El Brexit ha dejado precisamente ahora a Belfast más alineado con la normativa de Dublín que con la de Londres. Teniendo en cuenta que el objetivo histórico de los católicos siempre ha sido un referéndum para acabar con la frontera que divide norte y sur de la isla, su conquista de Stormont plantea ahora la pregunta clave: ¿estamos más cerca que nunca de una reunificación de Irlanda?

La líder del Sinn Fein, Mary Lou McDonald, vaticina que la consulta tendrá lugar “en un marco de cinco años”. El trabajo preliminar ya ha comenzado. En las celebraciones del día de San Patricio el pasado mes de marzo, los simpatizantes en Washington -donde el lobby republicano es poderosísimo y el propio presidente Joe Biden se muestra orgulloso de su antepasados irlandeses- colocaron anuncios a favor de una única Irlanda en la prensa estadounidense y McDonald cortejó a los diplomáticos de la UE diciendo que la reunificación “se habla ya en todos los pueblos y ciudades de Irlanda como un futuro realista, alcanzable y necesario”.

Según las encuestas, seis de cada 10 irlandeses en la República de Irlanda, se muestran a favor de la reunificación, siempre que no signifique pagar impuestos más altos. Pero en Irlanda del Norte, solo el 17% del electorado ve la unidad irlandesa como una de las principales preocupaciones.

Como parte del Acuerdo de Viernes Santo, se estableció que “si en algún momento parece probable que la mayoría de los votantes expresan su deseo de que Irlanda del Norte debe dejar de ser parte del Reino Unido para pasar a formar parte de una Irlanda unida”, el Gobierno central está obligado a facilitar esa consulta. Para la reunificación, también se debería celebrar un referéndum en la República de Irlanda.

Los expertos consultados por este diario sugieren que una mayoría consistente en las encuestas de opinión, una mayoría católica en un censo (algo que está muy cerca de conseguirse en el norte) o una mayoría nacionalista en la Asamblea de Belfast (lo que acaba de suceder) podrían considerarse como evidencia de un apoyo mayoritario a la reunificación de la isla. En cualquier caso, Downing Street es el que debe decidir en última instancia si se cumplen los requisitos. No cabe duda de que el Sinn Fein ha realizado un gran recorrido en los últimos años. Pero, a día de hoy, el plebiscito de reunificación a corto plazo se antoja improbable.

De lo que hay más posibilidades es que su triunfo sea ahora utilizado por el Gobierno central de Boris Johnson como excusa para romper unilateralmente el llamado Protocolo de Irlanda, una parte clave del acuerdo del Brexit firmado con la UE.

Los protestantes del DUP se niegan ahora a formar ejecutivo de coalición en Belfast. Se sienten completamente traicionados por el primer ministro al haber dejado a Irlanda del Norte con un estatus diferente al del resto del Reino Unido que obliga ahora a realizar controles a los bienes que se comercialicen con Gran Bretaña (Escocia, Inglaterra y Gales).

La revista `Spectator´, biblia para los tories y donde el propio Johnson fue durante un tiempo director, asegura que en el llamado `Discurso de la reina´ del próximo martes -donde se presentan las propuestas legislativas para el próximo año-, el Número 10 anunciará un proyecto de ley notablemente controvertido “en el lenguaje más anodino” para poder suspender, de manera unilateral, los controles en los puertos norirlandeses, alegando que no está violando el derecho internacional, sino garantizando la paz en el Ulster. Y esto podría degenerar en una guerra comercial con el bloque.