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Defensa
Europa asume más gasto en defensa a regañadientes
Los Veintisiete suben su presupuesto militar, pero rechazan la exigencia de Trump de llegar al 5% del PIB

El proceso de integración europeo nació de las ruinas de las Segunda Guerra Mundial. Los hijos y nietos de aquellos que se habían masacrado en el campo de batalla eran capaces de tener instituciones comunes, comerciar sin barreras, desplazarse de un país a otro sin necesidad de mostrar pasaporte e incluso compartir una misma moneda y un tribunal de justicia. El club comunitario está basado en la paz y no en la guerra y, por eso, incluso los tratados europeos prohíben financiar el gasto militar con dinero comunitario.
Después del fin de la Guerra Fría tras la caída del comunismo, se estableció el principio conocido como dividendo de la paz: el fin de la amenaza soviética permitía reducir drásticamente el gasto en Defensa y destinar este dinero a otras partidas, como por ejemplo, la expansión del Estado de Bienestar. A su vez, Estados Unidos seguía manteniendo un interés prioritario en asegurar la estabilidad de la UE y, por eso, si venían mal dadas, era posible recurrir al ejército del Tío Sam que durante estos años ha mantenido tropas en suelo europeo y también el paraguas de las armas nucleares a través de la OTAN.
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Pero el club comunitario ha cambiado mucho desde su fundación. El dividendo de la paz parece que se ha convertido en el dividendo de la guerra. En el año 2014, después de que Rusia invadiera la península de Crimea (Ucrania) los aliados decidieron en su cumbre anual de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Gales (Reino Unido) incrementar su gasto en defensa en relación al PIB un 2% en diez años. En ese momento, la tarea parecía ingente ya que tan solo tres países cumplían este objetivo. En el año 2024, no todos los miembros de la Alianza han hecho los deberes pero la lista ha ido creciendo. Actualmente la OTAN tiene 32 socios y 23 de ellos (dos tercios del total) están ya dentro del club del 2%. En la lista negra se encuentran Croacia (1,81%), Portugal (1,55%), Italia (1,49), Canadá (1,37%), Bélgica (1,30%) Luxemburgo y Eslovenia (1,29%) y España 1,28%.
El mayor incremento se ha producido entre 2023 y 2024 (de 10 a 23). Todo indica que la invasión de Ucrania por parte de las tropas de Vladimir Putin en 2022 ha sido el principal catalizador. El viejo enemigo ha vuelto y ha sido necesario armarse hasta los dientes. Los que más dinero están destinando a su defensa son precisamente aquéllos que sienten el aliento del Kremlin más cerca. Polonia con el( 4,12%) y Estonia (3,43%) lideran la lista seguidos de Estados Unidos (3,38%).
Pero lo que hace diez años parecía un gran logro ahora ya no lo es. Si la contienda en Ucrania concluye con un acuerdo humillante para Kiev, las cancillerías europeas temen que esto envalentone a Putin y que éste decida , en unos años, invadir un país europeo. Además, Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca y, desde hace semanas, todos los altos cargos de la nueva administración repiten sin cesar que ahora la prioridad de Estados Unidos es asegurar la seguridad en el Indo Pacífico. Rusia no es ya el gran enemigo sino China. Por eso, los europeos temen pueden quedarse solos ante el expansionismo de Vladimir Putin. Esto les obliga, por una parte, a plantearse una política de Defensa más independiente respecto a Estados Unidos y, por otra, a aumentar su porcentaje gasto para que Washington no abandone la OTAN y deje a los Veintisiete a la intemperie. Un equilibrio difícil.
Se espera que en la cumbre que se va a celebrar en el mes de junio en la Haya (Países Bajos), los aliados pacten un nuevo objetivo superior al 2%. Donald Trump quiere que esta meta ascienda hasta el 5%, una cifra que para la gran mayoría de los Estados miembros supone un esfuerzo colosal y que ahora mismo Washington tampoco cumple. “Está claro que el 2% no será suficiente. Será considerablemente más, creo que será considerablemente más de un 3%”, ha asegurado el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
El ex primer ministro de Países Bajos ha pedido a los países que no lleguen al 2% que lo hagan antes del verano. “Estoy en contacto activo e intenso con estos países para asegurar que aceleren y alcancen el 2%”, señaló Rutte la semana pasada. “Les advierto que, si no reaccionan a mis llamadas, podrían recibir de un hombre muy simpático en Washington que quizás tenga menos paciencia”, advirtió en referencia al inquilino de la Casa Blanca.
Este nuevo enfoque no gusta a todos los aliados. Países como España e Italia creen que se está olvidando el pacto alcanzado en Gales que no solo tenía en cuenta el porcentaje de PIB en el gasto en Defensa sino también otros objetivos como las aportaciones a las misiones. Los diplomáticos españoles recuerdan una y otra vez que las fuerzas armadas españolas están desplegadas en 16 misiones en el exterior con casi 3.000 militares y guardias civiles en los cuatro continentes y que esto incluye desde el flanco oriental de la organización hasta los misiles Patriot en Turquía.
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