China instó el viernes a Estados Unidos a desempeñar "un papel constructivo" en Oriente Próximo, después de que su máximo diplomático, Wang Yi, hablara por teléfono con su homólogo estadounidense, Antony Blinken.

Blinken aprovechó la llamada para pedir a Pekín que utilice su influencia para disuadir a Irán de atacar a Israel, según informó el Departamento de Estado. La preocupación por las represalias de Teherán ha aumentado tras el ataque israelí del 1 de abril contra un edificio diplomático iraní en Damasco.

El viernes, China confirmó que la llamada había tenido lugar, afirmando que Wang "expresó la firme condena de China al ataque", al tiempo que subrayó el "inviolable" derecho a la seguridad de las instituciones diplomáticas y la necesidad de respetar la soberanía de Irán y Siria.

"China seguirá desempeñando un papel constructivo en la resolución de la cuestión de Oriente Medio (...) y contribuirá a enfriar la situación", añadió Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Blinken ha ampliado la ronda de contactos para pedir en sucesivas llamadas a responsables de Turquía y Arabia Saudí que presionen a Irán para evitar el supuesto ataque.

El Gobierno de Estados Unidos ha aconsejado a su personal que no abandone los grandes núcleos urbanos, mientras que el de Francia ha instado este viernes a sus ciudadanos a no viajar "en los próximos días" a Israel, Irán, Líbano y los Territorios Palestinos. París también ha evacuado de Teherán a los familiares de su personal diplomático.

Israel, en cambio, se muestra cauto en torno a unos preparativos que prefiere no publicitar pero que se antojan evidentes. El repliegue militar en el sur de Gaza, supuestamente por razones tácticas, desató las especulaciones en torno a la necesidad de centrarse en otros menesteres, mientras que la cadena pública Kan ha informado de que los ayuntamientos han recibido ya avisos para comenzar a preparase, por ejemplo ultimando los refugios a los que podría acudir la población en caso de ataque.