Revueltas en Turquía
Erdogan expulsa a 1.400 militares y renueva la cúpula del Ejército
Horas antes, las autoridades informaron de la expulsión de las filas de 1.389 integrantes de las Fuerzas Armadas por su supuesta implicación en el fallido golpe
Horas antes, las autoridades informaron de la expulsión de las filas de 1.389 integrantes de las Fuerzas Armadas por su supuesta implicación en el fallido golpe.
Turquía expulsó ayer a cerca de 1.400 integrantes de sus Fuerzas Armadas y nombró a varios ministros del Gobierno como miembros de la máxima autoridad militar del país, dos decisiones dentro de una estrategia diseñada por el presidente Recep Tayyip Erdogan para lograr el control total del Ejército tras el fallido golpe de Estado del pasado día 15 de julio. La nueva ola de expulsiones y la reforma del Consejo Militar Supremo fueron anunciados en la gaceta oficial del Gobierno apenas horas después de que Erdogan dijera en la noche del sábado que tenía previsto cerrar las academias militares existentes y poner a las Fuerzas Armadas bajo el mando del Ministerio de Defensa. Según la gaceta, 1.389 militares fueron cesados por supuestos lazos con el clérigo islámico Fetulah Gülen, acusado por Turquía de orquestar la intentona golpista. Gülen, que vive en un exilio autoimpuesto en Estados Unidos, niega las acusaciones y ha condenado el golpe.
El anuncio se produce tras conocerse la semana pasada que más de 1.700 militares fueron licenciados sin honores por su papel en la intentona golpista, en la que una facción de las Fuerzas Armadas intentó derrocar al Gobierno con tanques, helicópteros y cazas de combate. Erdogan asegura que murieron 237 personas y hubo más de 2.100 heridos. El Gobierno dijo también que sus viceprimeros ministros y sus ministros de Justicia, Interior y Asuntos Exteriores serían nombrados como integrantes del Consejo Militar Supremo. Dentro del órgano, sustituirán a varios mandos militares que dejan este organismo. Los cambios parecen haber dado al Gobierno el control del consejo. Erdogan, que escapó por poco a su captura y posible muerte en la noche del golpe, aseguró a Reuters que el Ejército turco, el segundo mayor de la OTAN, necesitaba «sangre nueva».
Yesim Dikmen/Reuters