Bruselas
El experimento político de Monti se derrumba
A tenor de los resultados electorales, el salto a la política del tecnócrata Mario Monti no ha convencido a los italianos. De hecho, «Il Professore» ha cosechado peores resultados que los que predecían los sondeos para su coalición centrista y reformista, Lista Cívica. Una plataforma electoral creada «ad hoc» para el primer ministro en funciones, que no ha sido candidato a diputado por ser senador vitalicio. Precisamente, los compañeros de viaje que ha elegido Monti para su experimento político explican en gran parte su fracaso en las urnas. Gianfranco Fini (Futuro y Libertad) y Pier Ferdinando Casini (Unión de Centro) forman parte de esa «casta» que ha dominado la vida política italiana de los últimos veinte años. Ambos fueron aliados de Silvio Berlusconi hasta que vislumbraron el naufragio de «Il Cavaliere» y decidieron saltar del barco para no ahogarse. Durante la campaña, Monti no compartió un acto electoral con sus aliados, ni siquiera se sacaron una foto juntos.
Anoche, sin embargo, el tecnócrata convertido en político aseguró sentirse «satisfecho con el resultado», habida cuenta de que han conseguido «tres millones de votos cincuenta días después de haber lanzado la coalición».
Pero el fracaso electoral de Monti no sólo responde a la precipitación con la que diseñó su plataforma política. Sus trece meses de Gobierno técnico no le han hecho muy popular entre sus conciudadanos (subida de impuestos, elevación de la edad de jubilación a los 66 años...). Antes de dar el salto a la política las pasadas Navidades, su popularidad había caída del 70 al 30%. Y es que el ex comisario europeo parece cumplir el dicho de que nadie es profeta en su propia tierra. Mientras Angela Merkel, Bruselas, el resto de socios europeos, la patronal italiana y el Vaticano alababan sus reformas, el clima social doméstico era cada día más caliente.