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Nueva York

El conflicto racial desborda Nueva York

Los agentes, obligados a usar chalecos y a evitar los arrestos tras recibir amenazas

Un policía en la vigilia donde fallecieron los dos agentes neoyorquinos larazon

Después de varias semanas de ser señalados por las últimas muertes de ciudadanos de color, los policías de Nueva York han perdido la paciencia tras la muerte de dos de dos compañeros a manos de un perturbado afroamericano. Acusaron al alcalde, Bill de Blasio, de ponerles en el punto de mira al criticar su labor y decir en público que había advertido a sus hijos sobre cómo evitar a los policías blancos. Blasio está casado con una mujer negra y sus hijos son de color.

Con las muertes del sábado, la indignación policial subió al máximo y agravó la fractura entre el Ayuntamiento y el Cuerpo, que viene de lejos. Cuando el alcalde visitó el domingo el hospital de Brooklyn donde se encontraban los cuerpos de los dos agentes muertos, los policías presentes, en un gesto sin precedentes, le dieron la espalda. También le criticaron en varios medios y el principal sindicato, el PBA, llegó a acusarle de tener «sangre en las manos». El PBA llegó incluso a pedir firmas para que Blasio no acuda a más funerales de agentes caídos en acto de servicio. En un acto público, el alcalde insistió en que la «única preocupación» debe ser prestar apoyo a las familias de los dos agentes asesinados. «Las críticas políticas y las protestas pueden ser para otro día», añadió Blasio.

Con la tensión y la desconfianza mutua en aumento, el comisario de Policía de la ciudad, Bill Bratton, salió ayer a la palestra para llamar a la calma. En declaraciones a la cadena NBC, Bratton aseguró que «este tema empieza a derribar las diferencias entre republicanos y demócratas. Es algo que debe unirnos, no separarnos». Criticó a sus hombres por dar la espalda a su alcalde, y recordó que las negociaciones sobre sus condiciones laborales y sus pensiones habían avivado su descontento. No sólo es la cuestión racial, «hay un montón de asuntos que han creado tensiones», recordó. Por su parte, el gobernador del Estado, Andrew Cuomo, prometió considerar las propuestas legislativas de las actividades de ambos bandos, incluidas las encaminadas a fomentar la transparencia en los procesos con gran jurado y las de equipar a los coches patrullas con cristales blindados. «Me gustaría dejar atrás este periodo de tensión y calmar las cosas. Tengamos un momento de paz para hablar razonadamente», pidió.

Mientras, departamentos de Policía y autoridades de las grandes ciudades multiplicaron sus advertencias para que sus agentes lleven en todo momento chalecos antibala y eviten cualquier declaración «incediaria». En la Gran Manzana, donde las Fuerzas de Seguridad investigan al menos 12 amenazas lanzadas contra sus agentes en las últimas 48 horas, una orden obliga a los 35.000 miembros del Cuerpo a responder a cada llamada de radio con dos coches patrulla, «no importa la opinión del supervisor», y no practicar arrestos a no ser que sea «absolutamente necesario». Ap

Una larga carrera criminal

La investigación sobre Ismael Brinsley, el asesino de los dos agentes de Nueva York, añade nuevos detalles sobre su personalidad y su pasado a medida que pasan las horas. Robert Boyce, el jefe de detectives de la ciudad, señaló ayer que la Policía ha interrogado a su madre, que confesó que le tenía miedo y llevaba un mes sin verle. El detective confirmó los problemas mentales de Brinsley, que había intentado suicidarse varias veces, la última el año pasado, cuando trató de ahorcarse. Además, había sido detenido 15 veces en Georgia y otras cuatro en Ohio. Cumplió pena de prisión entre 2011 y 2013.