Política

Nueva York

EE UU saluda el acuerdo, pero se reserva el envío de armas a Kiev

La Razón
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Hay que esperar todavía al alto el fuego, que debería comenzar el domingo. Pero de momento, ayer, el portavoz de la Casa Blanca, John Erns, indicó que «Estados Unidos da la bienvenida al acuerdo alcanzado en Minsk. Representa un significativo paso hacia adelante para lograr una resolución pacífica del conflicto y la restauración de la soberanía de Ucrania». El presidente Barack Obama, que esta semana ha recibido a la canciller alemana, Angela Merkel, para abordar la crisis ucraniana, hizo hincapié en que «pedimos a todas las partes que cumplan los compromisos del acuerdo de hoy [por ayer] y los de septiembre sin retrasos», se pudo leer en clara referencia, aunque sin mención directa al presidente Putin. Y concluye: «EE UU está preocupado por el aumento de los ataques, que no coinciden con el espíritu del acuerdo». En la misma línea se pronunció el secretario de Estado, John Kerry. «Lo que importa ahora son las acciones», señala en su comunicado para luego añadir que la «primera prueba» del acuerdo será comprobar si hay una «completa aplicación del alto el fuego» y la «retirada del armamento pesado por parte de todos los implicados: Ucrania, los separatistas y Rusia». A su vez, el portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, advirtió de que el acuerdo no impide que el Gobierno de EE UU mantenga sobre la mesa la opción de entregar armamento al Ejército ucraniano para combatir a los rebeldes prorrusos.

También ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) acordó aliviar la asfixia económica de Ucrania con una inyección de 17.500 millones de dólares (unos 15.300 millones de euros) para estabilizar el país y evitar el derrumbe financiero. Este plan sustituye el rescate de emergencia de 17.000 millones de dólares que se le extendió el pasado año tras las masivas protestas de Kiev que terminaron con la salida del poder del presidente prorruso Viktor Yanukovich.

No obstante, desde Bruselas, la directora del FMI, Christine Lagarde, reconoció que existen ciertos riesgos en proporcionar cualquier tipo de crédito a Ucrania, pese a necesitar la ayuda de forma urgente. «Este acuerdo de cuatro años apoyaría una estabilización inmediata en Ucrania; también, una serie de reformas destinadas a restaurar el crecimiento sólido a medio plazo y mejorar la vida para los ucranianos», precisó Lagarde en un comunicado sobre la situación en Ucrania. La moneda ucraniana está devaluada, sufre una alta inflación, el comercio con Rusia, hasta ahora su principal socio, ha caído y su industria está paralizada.