A diez días de la Eurocopa, pilotos y controladores se unen a las protestas contra la ley laboral

Comienza el cuarto mes de protestas contra la reforma laboral en Francia, con una semana especialmente negra en los transportes, que podrían bloquear el país a diez días del inicio de la Eurocopa. El conflicto social está cristalizado en el pulso que mantienen el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, y el primer ministro, Manuel Valls, que se halla en una posición difícilmente sostenible, aunque podría encontrar su tabla de salvación en los sindicatos que no piden la retirada de la ley.

Por un lado, Valls se encuentra ante los conflictos sociales liderados por la CGT, que se endurecen y extienden a sectores vitales como el transporte, los carburantes o el tratamiento de basuras, y por otro, ante el líder de la CFDT, Laurent Berger, que ha contribuido a la elaboración del último borrador, y que considera que retirar la ley sería privar de nuevos derechos a los trabajadores. Lo que puede perder a Valls es la rigidez de su discurso, asegurando que irá «hasta el final», que «no habrá ni retirada ni cuestionamiento» del proyecto, que «la CGT no impone la ley en este país», porque cualquier cesión será interpretada como una renuncia.

En cualquier caso, la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, dio ayer el tono: «Dialogar, sí. Desnaturalizar el texto, no». En cuanto a las huelgas, hoy está convocada una en el sector ferroviario, aunque los sindicatos presenten posturas diversas. La CFDT, que apoya la reforma laboral, ha decidido levantar su llamada a la huelga porque se ha hallado «el punto de equilibrio» en las negociaciones sobre la reorganización del trabajo de los conductores.

El jueves la movilización llegará al metro de París, donde la CGT ha lanzado una huelga ilimitada para exigir la apertura de negociaciones salariales y la retirada de la reforma laboral. El tercer sindicato del metro parisino, SUD, ha convocado otra a partir del inicio de la Eurocopa. El viernes será el turno del tráfico aéreo, con tres días de perturbaciones por la huelga convocada por el conjunto de sindicatos de la aviación civil. Además, los pilotos de Air France han votado el principio de una huelga de más de seis días en junio para protestar contra la disminución de salarios.

En cuanto a la penuria de carburante, aunque el Gobierno asegura que la situación mejora, lo cierto es que está estancada, con seis de las ocho refinerías paralizadas o ralentizadas, al igual que las terminales petroleras del puerto de Havre que aprovisionan a los aeropuertos de París. Ayer, un centenar de trabajadores de los servicios de basuras de París bloquearon la entrada de la principal incineradora de la región, obligando a los camiones a verter sus desechos en otros centros.