Las familias
La desdicha de Suleman a bordo del submarino Titan: "Bajó aterrorizado para agradar a su padre"
Los dos miembros de la familia paquistaní que murieron en el sumergible cumplían un viejo sueño del progenitor, obsesionado con el Titanic desde joven
Suleman Dawood, el estudiante universitario de 19 años que murió en el sumergible Titan, estaba "aterrorizado" antes del viaje pero fue un gesto con motivo del Día del Padre, una manera de complacer a su progenitor Shahzada, un acaudalado empresario de origen paquistaní de 48 años. Ambos murieron el pasado domingo cuando el sumergible en el que viajaban implosionó en el fondo del mar. Azmeh Dawood, la hermana mayor del padre Shahzada, le dijo a la cadena estadounidense NBC News que el hijo de Dawood, Suleman, "no estaba muy interesado en hacerlo".
La expedición, que tenía un coste de 250.000 dólares por persona, coincidió con el día del padre en Estados Unidos y el chico quiso acompañar a su progenitor, que vívía obsesionado con el Titanic desde que era pequeño.
El joven Suleman ha sido descrito por la familia en un comunicado como un "gran fanático de la literatura de ciencia ficción y alguien deseoso de aprender cosas nuevas". Le encantaba jugar al cubo de Rubik y al voleibol.
El empresario Shahzada Dawood pertenecía a una de las familias más ricas de Pakistán y era vicepresidente del conglomerado paquistaní Engro Corporation, una gran empresa de fertilizantes.Según cuenta la BBC, Dawood vivía con su esposa, Christine, y su otra hija, Alina, en Surbiton, al suroeste de Londres. La familia pasó un mes en Canadá antes de la inmersión.
"Suleman tenía la sensación de que esto no estaba bien y no se sentía muy cómodo haciéndolo", dijo la tía del adolescente. "Pero fue algo del Día del Padre. Fue una experiencia de unión y él quería la aventura de su vida al igual que su padre". "Ese era Sule hasta el final: haría cualquier cosa por cualquiera".
Azmeh dijo que los otros tres hombres que perdieron la vida en la "implosión catastrófica" emprendieron el viaje "por sus propios intereses", a diferencia de Suleman. "Él solo estaba allí para una experiencia que le uniera a su padre". Azmeh describió al empresario paquistaní como un "ángel precioso" y un hombre interesado en el Titanic desde muy joven. "Era su mayor deseo y su sueño", dijo.
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