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Deportaciones masivas de Venezuela ponen en alerta al Gobierno colombiano

El vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza (c), hablando con el gobernador del estado Táchira, José Gregorio Vielma Mora (c-i) en San Antonio (Venezuela)
El vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza (c), hablando con el gobernador del estado Táchira, José Gregorio Vielma Mora (c-i) en San Antonio (Venezuela)larazon

El cierre de la frontera más dinámica de Colombia y Venezuela por orden del presidente de ese país, Nicolás Maduro, ha generado una crisis humanitaria en la ciudad colombiana de Cúcuta a la que en menos de dos días han llegado 394 deportados, entre ellos 42 menores de edad.

Las deportaciones masivas prendieron las alarmas en el Gobierno colombiano que trata por los canales diplomáticos de revertir la situación y evitar una crisis de grandes proporciones.

Con ese propósito, el presidente Juan Manuel Santos intenta un diálogo directo con Maduro, según dijo hoy el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien encabeza una comisión enviada a Cúcuta para tratar la situación.

En Cúcuta, capital del departamento fronterizo de Norte de Santander, el Gobierno instaló además un Centro de Mando Unificado en el que trabajan funcionarios de la Gobernación regional, la Alcaldía, la Cancillería, la Policía y otras instituciones del Estado.

"Concentraremos todas las tareas en manejar la situación de frontera y los deportados", explicó el ministro Cristo.

Cúcuta está comunicada con las ciudades de Ureña y San Antonio, que hacen parte del estado venezolano de Táchira, por el puente internacional Simón Bolívar que transitan a diario decenas de miles de personas y vehículos en un incesante flujo comercial y de contrabando.

El puente fue cerrado en la medianoche del miércoles por orden de Maduro, inicialmente por un periodo de 72 horas, después de que tres miembros de la fuerza armada venezolana y un civil resultaran heridos en un enfrentamiento con presuntos contrabandistas.

Esa medida, que en un principio no causó mayor preocupación al Gobierno colombiano hasta el punto de que la canciller María Ángela Holguín la consideró "una decisión soberana"y no manifestó el más mínimo malestar a Venezuela, se agravó el viernes con el anuncio de Maduro de que el cierre del paso fronterizo se prolongará .

Ese nuevo anuncio motivó un rechazo del presidente Santos, quien lamentó ayer esas medidas unilaterales, pues consideró que "cuando se cierra la frontera y no hay coordinación los únicos que ganan son los delincuentes"a los que justamente se quiere combatir.

La situación pasó de castaño a oscuro cuando empezaron a llegar a Cúcuta decenas de colombianos deportados por estar indocumentados, según las autoridades venezolanas, que pusieron en marcha una revisión "casa por casa"en San Antonio como parte del estado de excepción en la zona fronteriza del Táchira también ordenado por Maduro.

Ante el incremento de las deportaciones el Ministerio de Relaciones Exteriores pidió hoy al Gobierno de Venezuela que "se respete la integridad y los derechos humanos de los ciudadanos colombianos que sean objeto de detenciones, deportaciones y demás acciones adelantadas por las autoridades venezolanas, de conformidad a las normas internacionales vigentes".

La cancillería exigió en un comunicado "que antes de aplicar las medidas de deportación se analice en cada caso la situación familiar para garantizar la unión de padres e hijos"pues se han dado casos de colombianos establecidos hace años en el vecino país que han sido separados de sus familiares venezolanos.

En opinión del Gobierno colombiano, este cierre del paso fronterizo "genera un problema social de gran dimensión"por la "cantidad de personas que viven y transitan en la zona legalmente", así como grandes pérdidas económicas.

"Debemos buscar mecanismos conjuntos para solucionar la problemática que se vive en la frontera común, pero minimizando el daño que esta medida produce para los hombres mujeres y niños de los dos países que viven, trabajan y estudian en la zona fronteriza", añadió la cancillería.

Las cancilleres de Colombia, María Ángela Holguín, y de Venezuela, Delcy Rodríguez, que ya trataron el viernes el cierre de la frontera cuya extensión es de 2.219 kilómetros, volverán a reunirse el próximo miércoles en un lugar todavía no definido para buscar soluciones.

Mientras tanto la oposición colombiana, liderada por el partido Centro Democrático, no ha desaprovechado la oportunidad para pedir al Gobierno que manifieste con "voz enérgica"su rechazo a las políticas de Maduro, y el líder de ese partido, el expresidente y senador Álvaro Uribe, anunció que mañana se trasladará a Cúcuta para expresar su "solidaridad"a la gente de la frontera.

EFE