Siria

Comida y mantas para 65.000 sirios desesperados

El Ejército sirio permitió la salida de Madaya a un grupo de supervivientes
El Ejército sirio permitió la salida de Madaya a un grupo de supervivienteslarazon

La ayuda humanitaria llega a tres ciudades cercadas por el Ejército de Asad y sus aliados.

Aunque con retraso, la vital ayuda humanitaria entró ayer por fin en la ciudad sitiada de Madaya , en la frontera siria con Líbano, para socorrer a sus 45.000 habitantes en situación de extrema necesitad. Se esperaba que el reparto tuviera lugar el domingo, pero las autoridades sirias acabaron aplazándolo un día más. De haber llegado antes, puede que el convoy de la ONU hubiese evitado la muerte por hambruna de las siete personas que fallecieron entre el domingo y el lunes. Un convoy de 44 camiones de la Media Luna Roja y el Programa Mundial de Alimentos logró entrar en la ciudad, mientras que otros 22 camiones entregaron suministros humanitarios cruciales en las localidades de Foua y Kefraya, en la provincia de Idlib, donde permanecen atrapadas otras 20.000 personas. Los camiones transportaban comida, agua, leche para bebés, mantas, medicamentos y material quirúrgico. Debido al estado de sitio, los habitantes de Madaya se han visto obligados a comer hierba y hojas de los árboles y a pagar precios desorbitados por la escasa comida que entra en la ciudad. El precio de un kilo de arroz ha llegado a costar cerca de 200 dólares, mientras que un bote de leche para bebés se ventía hasta por 300.

El levantamiento temporal del bloqueo a estas tres ciudades sirias, asediadas desde 2013, forma parte de un acuerdo auspiciado por la ONU y pactado en septiembre entre el régimen y la oposición, pero que hasta la fecha no se había puesto en marcha. La oposición siria ha convertido la crisis humanitaria en un tema central para iniciar las conversaciones de paz con el Gobierno sirio. La semana pasada, los líderes opositores comunicaron al enviado de la ONU, Staffan de Mistura, que no negociarán hasta que se levante el sitio tanto en Madaya como en otras ciudades asediadas. La entrega de ayuda humanitaria supone un alivio para la desesperante situación que atraviesa esta ciudad de los suburbios de Damasco. Desde el pasado mes de julio, las fuerzas gubernamentales apretaron el cerco sobre Madaya y prohibieron la entrada de cualquier tipo de suministro, tanto alimentos como medicinas. El Ejército sirio reforzó los puestos de control en todas las entradas y salidas de la ciudad y, desde entonces, retiene la entrada de suministros alimentarios y combustible.

A pesar de la tregua firmada el 24 de septiembre, bajo patrocinio de la ONU, para interrumpir el estado de sitio en Madaya, hasta el día de ayer el régimen sirio permitió la entrada de ayuda humanitaria sólo en una ocasión, el 18 de octubre. Sin embargo, algunos de los lotes de comida estaban caducados, lo que provocó «más de 300 casos de intoxicación», según aseguró a LA RAZÓN el activista Dani Al Qappani. «El sufrimiento en Madaya es cada vez más desesperado, así que la entrega de comida es muy bienvenida, pero es sólo un respiro temporal que durará unas semanas, a no ser que se permita a nuestros socios en el terreno la entrega regular de ayuda. De lo contrario, sólo se está posponiendo su sufrimiento», declaró ayer Misty Buswell, coordinador de Save The Children en Oriente Medio. Las imágenes de Madaya han conmocionado al mundo, pero «hay cientos de miles más de civiles sirios que viven en otras zonas asediadas que tampoco pueden obtener alimentos, medicinas, combustible y otro tipo de ayuda vital», recordó Save The Children, que hizo un llamamiento a los Gobiernos internacionales para que «exijan el fin urgente al bloqueo de ciudades y pueblos de toda Siria».

Un total de cuatro millones y medio de personas residen en zonas de difícil acceso en Siria, cifra que incluye a 400.000 que habitan en áreas cercadas, bien por el régimen o la oposición, de acuerdo con datos de la ONU.