Guerra contra Hamás
Los cinco motivos que explican por qué Israel tiene las mejores fuerzas armadas
La fortaleza de los ejércitos de Israel no es solo una cuestión de armamento avanzado y unas tropas siempre en alerta
Israel es una nación con una extensión con algo más de 22.000 kilómetros cuadrados, 1.000 kilómetros de fronteras terrestres y 273 kilómetros de costa, y con 9 millones de habitantes, lo que les da una alta densidad superior a los 400 habitantes por km2. Israel es dos veces y media la provincia de Madrid. El estado israelí está rodeada por cuatro países árabes: Líbano (5,3 millones de habitantes), Siria (21,3 millones), Jordania (11 millones) y Egipto (113 millones) que forman parte del mundo musulmán con sus 1.800 millones de súbditos. Esos cuatro países juntos tienen 17 veces más población que Israel.
Desde su nacimiento Israel, consciente de que a la menor muestra de debilidad desaparecerían del mapa como nación y su población sería aniquilada, es una nación en armas. El Global Military Strength Ranking, clasifica a sus fuerzas armadas como de las mejores del mundo, ocupando el puesto número 18 en poder militar entre todas las de nuestro planeta. Con presupuesto militar anual superior 20.000 millones de dólares, cuenta con el apoyo incondicional de los Estados Unidos, solo por detrás del que Washington da a Ucrania desde el comienzo de la guerra con Rusia.
Todos los hombres y mujeres de Israel sirven en el ejército entre los 18 y 51 años. Los hombres, tres años; y las mujeres, dos «de mili» para luego para pasar a formar parte de su reserva activa e inmediatamente movilizable. Preparadas para la defensa, las Fuerzas de Defensa de Israel mantienen un pequeño ejército permanente (formado por conscriptos y personal de carrera) con capacidad de advertencia temprana, y una fuerza aérea y marina regulares. La mayor parte de sus fuerzas son reservistas, que son llamados regularmente a entrenamiento y servicio, y que en tiempos de guerra o de crisis son rápidamente movilizados a sus unidades desde todo el país.
Los ejércitos de Tierra, Fuerza Aérea y la Armada israelí están sometidos a un mando unificado, encabezado por el jefe del Estado Mayor General, con el grado de teniente general, que es responsable ante el ministro de Defensa. El jefe del Estado Mayor General es nombrado por el Gobierno, por recomendación del primer ministro y el ministro de Defensa, por un período de tres años que usualmente se prolonga por un año adicional. ¿En qué radica el enorme poder militar de las fuerzas armadas israelíes? En cinco puntos:
1.- La rapidez con que se movilizan sus tropas y la rapidez con la que toman decisiones. Además, los jefes y oficiales israelíes tienen una doctrina que les permite tomar decisiones importantes y decisivas en situaciones de guerra a todos los niveles.
2.- Israel tiene una fuertísima cohesión interna consecuencia de su situación permanente situación de peligros y de formar todos los ciudadanos parte de sus fuerzas armadas. Un ejército en el que los ciudadanos con mejores posiciones sociales no consiguen los mejores puestos en el Ejército. El militar es un sistema claramente meritocrático.
3.- Tiene una altísima moral de combate, fruto de sus continuas victorias sobre sus enemigos árabes y de la necesidad de querer y tener siempre vencer a toda costa pues la vida de todos los israelíes dependen del éxito de sus fuerzas armadas.
4.- Sus ejércitos siempre se preparan y entrenan para una guerra que puede empezar mañana. Lo hacen con fuego real y con equipamientos de la mejor calidad.
5.- Cuenta con el mejor armamento disponible y mucho de ellos mejorados por los técnicos israelíes, carros Merkava, misil Spike, etc. Las Fuerzas de Defensa Israelíes comprendieron que no podían depender de las importaciones extranjeras para garantizar su superioridad blindada y militar en general. La prioridad de Israel ha sido aumentar su capacidad de producción nacional, lo que los llevó crear armas como el carro Merkava.
Las Fuerzas de Defensa de Israel tiene activas algo menos de 200.000 efectivos, pero puede movilizar en horas a casi 500.000 reservistas más y pueden poner activas en un plazo breve a otros 3.000.000 soldados israelíes que cuentan con entrenamiento militar.
Las fuerzas de Hamás y de Siria
Sin contar las tropas irregulares de Hamás, la autoridad palestina y otros grupos terroristas de la zona, Israel tiene algunas bazas fundamentales en la guerra que parece que comienza. Siria, a pesar de su poder militar, 150.000 soldados y otros 150.000 reservistas y más de 4.000 carros de combate de todo tipo y 460 aviones de combate, se encuentra sumergida en una guerra civil desde 2011 que ha dado experiencia a sus tropas, pero al mismo tiempo las ha destacado y casi las imposibilita de emprender acciones militares importantes contra Israel.
Los ejércitos de Líbano y Jordania
Líbano tiene su difícil soberanía garantizada fundamentalmente contra sus enemigos interiores por las Fuerzas Armadas Libanesas que cuentan con 72.000 efectivos en activo, de los que 1.100 pertenecen a las Fuerza Aérea y 1.000 a la Armada. Jordania, a su vez, tenía unas fuerzas armadas en el 2021 de 90.000 hombres, de los 77.000 eran del Ejército de Tierra y 12.000 de su importante Ejército del Aire que cuenta con aviones F-16.
Sin lugar a dudas el posible enemigo más potente es Egipto con unas fuerzas armadas próximas a los 450.000 hombres y con casi 900.000 reservistas, pero no comparables con efectivos y calidad de Israel, y con 4.946 carros de combate, 1.132 aviones y una importante marina que cuenta con dos portaaviones, aunque con un gasto en defensa anual de 4.400.000.000 de dólares, una cuarta parte del israelí.
Las dos naciones árabes que pueden suponer una mayor amenaza para Israel, Egipto y Jordania, están claramente alineadas con Occidente. Es cierto que afirmado que la llegada a sus respectivos países de la población de Gaza lo considerarían una declaración de guerra por parte de Israel. El gobierno de Tel Aviv tiene en sus manos qué va a pasar.
Pero no resulta muy arriesgado pensar que ni Egipto ni Jordania están dispuestos a ir una guerra casi imposible de ganar, a pesar de que la movilización del mundo árabe y de sus respectivas poblaciones clamen por una guerra de consecuencias impredecibles como poco.
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