La familia real británica puso el broche de oro al desfile inaugural del Rey Carlos III este sábado con una aparición en el balcón del Palacio de Buckingham para asistir a un espectacular desfile aéreo.

Tres de los nietos más jóvenes del rey -el futuro príncipe Jorge, de 9 años, el príncipe Luis, de 5, y la princesa Carlota, de 8- se unieron al resto de la familia en el balcón, con los príncipes luciendo corbatas rojas y americanas azules y Carlota con un traje de marinero con ribetes rojos.

Fueron aclamados por la multitud que se congregó ante el palacio y en The Mall, la avenida que conduce hasta él.

La exhibición aérea de unos 70 aviones militares, seguida de una salva de 41 cañonazos desde el cercano Green Park, en el centro de Londres, se produjo después de que el mal tiempo interrumpiera el sobrevuelo previsto para la coronación de Carlos el 6 de mayo.

Al final, los Red Arrows, el equipo acrobático de la Real Fuerza Aérea británica, arrastraron vapores rojos, blancos y azules.

Antes, Carlos había ensillado su caballo para el desfile anual Trooping the Colour, que marca el cumpleaños oficial del soberano británico.

Era la primera vez que el monarca montaba a caballo en la ceremonia desde que lo hiciera su madre, la reina Isabel II, en 1986.

Carlos, que también hizo el saludo real, fue seguido a caballo mientras inspeccionaba a las tropas por su hijo mayor y heredero, el Príncipe Guillermo, el hermano de Carlos, Eduardo, Duque de Edimburgo, y su hermana Ana, la Princesa Real.

La Reina Camilla, con un traje rojo de inspiración militar, y la esposa de Guillermo, Catalina, la Princesa de Gales, que iba vestida de verde, le siguieron en un carruaje.

El colorido despliegue de precisión regimental y pompa fue el primero del reinado de Carlos, de 74 años.

El cumpleaños real de Carlos es el 14 de noviembre, pero los soberanos británicos lo celebran dos veces: una en privado y otra en público.

Despliegue de color

La tradición del desfile de junio comenzó en 1748 bajo el reinado de Jorge II, que quería celebrarlo con mejor tiempo en verano, ya que su propio cumpleaños era el 30 de octubre.

El evento televisado comenzó con una procesión desde el Palacio de Buckingham hasta Horse Guards Parade.

Participaron unos 1.400 soldados, 400 músicos y 200 caballos, encabezados en el desfile por Juno, una yegua del condado de 10 años, junto a otros tres Caballos de Tambor: Perseo, Atlas y Apolo.

Los Caballos de Tambor son los animales más veteranos del ejército y ostentan el rango de mayor. Tradicionalmente llevan el nombre de personajes de la mitología griega.

Esta coreografía minuciosa tiene su origen en la exhibición de los colores o banderas de los distintos regimientos para que sus soldados pudieran identificarlos en la batalla.

Este año, el 1er Batallón de Guardias Galeses ha paseado sus colores por todas las filas.

Reino Unido atraviesa actualmente una ola de calor que habría dificultado el trabajo de las tropas con sus sombreros ceremoniales negros de piel de oso y sus gruesas túnicas rojas.

Sin embargo, a diferencia del fin de semana pasado, cuando Guillermo inspeccionó a las tropas del grupo de regimientos superiores de la División de Casa, ninguno de los soldados pareció desmayarse.

Como Príncipe de Gales, Guillermo es coronel honorario de la Guardia de Gales.

Carlos, que como Jefe de Estado es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, condujo después a los soldados de vuelta al palacio.

La última vez que la Reina Isabel montó a su caballo, Burmese, un regalo de la Real Policía Montada de Canadá, en el desfile fue a mediados de los años ochenta.

Después de que el caballo -que montó durante 18 años- fuera retirado en 1986, decidió utilizar un carruaje para Trooping the Colour.

El desfile del año pasado fue el último de la difunta reina y formó parte de los cuatro días de actos que se celebraron con motivo de su 70 aniversario en el trono.

Fue una de sus últimas apariciones públicas antes de su muerte, a los 96 años, en septiembre.