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Visita oficial

Canadá y Europa buscan estrechar lazos ante el vendaval Trump

El nuevo primer ministro canadiense, Mark Carney, se reúne con Macron en el Elíseo en su primera vista oficial al exterior desde que asumió el cargo

Canada France Carney ASSOCIATED PRESSAP

El desgarro que están suponiendo las primeras semanas de Trump en la Casa Blanca para aliados tradicionales de Estados Unidos, su acercamiento a la Rusia de Putin y su agresiva e impredecible guerra comercial empujan a los países europeos y afines a tejer nuevas alianzas o a reforzar algunas existentes dentro del marco de la OTAN.

En este contexto, el nuevo primer ministro de Canadá, el liberal Mark Carney, ha iniciado este lunes en París una gira para reforzar los lazos con el Viejo Continente. “Quiero asegurarme de que Francia y toda Europa trabajen con entusiasmo con Canadá, el país más europeo de los países no europeos, decidido como ustedes a mantener las relaciones más positivas posibles con EE.UU.” ha declarado Carney en rueda de prensa junto a Macron desde el Elíseo.

Ambos mandatarios comparten ese sentimiento de incertidumbre en las nuevas relaciones con Washington y, al mismo tiempo, confían en la política de la mano tendida a Trump y no en la confrontación directa. Carney ha elegido Francia como primer destino exterior desde que asumiera el poder el pasado viernes sucediendo a Justin Trudeau y hoy martes continuará su gira europea en Londres.

El nuevo mandatario canadiense ha sentenciado desde París que “es más importante que nunca que Canadá refuerce sus lazos con aliados confiables como Francia”. Macron, por su parte, ha recogido el guante calificando a Canadá de “aliado fiable” que continuará exigiendo a Rusia ”compromisos claros” para lograr “una paz durable”.

Tanto Canadá como Francia participaron el pasado sábado en una videoconferencia en apoyo a Ucrania organizada por el primer ministro del Reino Unido, el laborista Keir Starmer. Carney, que fue gobernador del Banco de Inglaterra, se reúne hoy en Londres con Starmer y con el rey Carlos III, que es también soberano de Canadá. Como visita simbólica, en su camino de vuelta a Canadá, Carney hará una última escala en Iqualit, dentro del territorio canadiense de Nunavut, el más próximo a Groenlandia, como forma de reafirmar la soberanía canadiense en su espacio ártico.

El primer ministro de Canadá ha invitado a Zelenski a la cumbre del G7 que se celebrará en junio en la provincia canadiense de Alberta. Canadá será la anfitriona de la próxima reunión del selecto grupo que integran también Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos. La invitación, hecha durante el pasado fin de semana, llega en medio de un enfoque incierto de las naciones del poderoso G7 hacia la guerra en Ucrania. Las amenazas de Trump, tanto comerciales como territoriales, están uniendo más a Canadá y el bloque europeo.

El presidente estadounidense impuso una serie de aranceles sobre los bienes canadienses, una medida que amenaza con desencadenar una recesión en el país. Tanto Europa como Canadá están en el punto de mira de las amenazas arancelarias de Trump. Pero en el caso de Canadá el mandatario estadounidense aún ha ido mucho más allá evocando aspiraciones imperialistas al afirmar que debería ser el "51 estado estadounidense". El Gobierno de Carney, por su parte, se encuentra revisando la compra de aviones de combate F-35 de fabricación estadounidense debido a la guerra comercial.

Este acercamiento se enmarca en los nuevos abordajes a los que está obligando las incertidumbres del contexto global. Así, la Unión y el grupo de países miembros de la Alianza Atlántica como el propio Canadá pero también Reino Unido, Turquía o Noruega sondean modelos de colaboración en el impulso de la defensa nacional y común con fórmulas de compras conjuntas y estímulo de proyectos militares comunes. Incluso a través de un nuevo banco de rearme que ayude a disparar las inversiones para satisfacer las futuras inversiones en seguridad.

Las reticencias pasadas que hay entre algunos de los socios de la UE y estos países poco a poco van dejando paso a una visión más pragmática adaptada a estos tiempos. Como sucede con Turquía, pese a las dudas por sus relaciones con Grecia y el contencioso debido a Chipre, la llegada de Trump y su política han actuado como catalizador para acercar a estos socios a la Unión. También existen ciertas reticencias de Francia para dejar entrar en ese grupo de defensa industrial a las compañías británicas.

Con el tablero geopolítico en ebullición el club comunitario aparece como un socio fiable. Y sobre todo en asuntos de defensa. La llegada de Trump a la Casa Blanca y su puesta en duda del compromiso de defensa común de la OTAN ha puesto en cuestión incluso el pilar que supone el paraguas nuclear estadounidense que protege también a los aliados europeos.