La caída de un dictador
Putin negoció personalmente con Asad su exilio en Moscú con su clan
El Kremlin esgrime «motivos humanitarios» para acoger al «rais» sirio y protege su paradero
Nadie quiere confirmar oficialmente dónde se encuentra el depuesto presidente de Siria, Bachar al Asad. Aunque en un primer momento las agencias de noticias rusas informaron de que el dictador había llegado a Moscú acompañado de su familia, con un permiso especial otorgado por el presidente Vladimir Putin, ayer el portavoz oficial del Kremlin optaba por echar balones fuera ante las preguntas de los periodistas, sin desmentir ni confirmar la noticia. «En cuanto al paradero del presidente Asad, no tengo nada que decirles», afirmaba Dmitri Peskov, hombre de confianza del presidente ruso, durante una conferencia de prensa.
Rusia, gran aliado del régimen de Asad, habría esgrimido «motivos humanitarios» para conceder el asilo a la que fuera la familia más poderosa de Siria hasta hace unos días. Preguntado sobre si Putin intervino directamente en la decisión de ofrecer asilo, Peskov quiso ser claro: «Decisiones así no se pueden tomar sin el jefe de Estado», dando esquinazo a los periodistas presentes concluyendo con un «no tengo más que decirles».
Peskov confesó la sorpresa que ha supuesto la caída del régimen de Al Asad para todo el mundo y en especial para Rusia. «Lo ocurrido sorprendió al mundo entero. Nosotros no somos una excepción», explicó ante la prensa.
Se cree que Asad huyó con su familia en un avión ruso que despegó desde Latakia, donde Moscú tiene una base militar. El aparato voló con el transpondedor para evitar ser localizado y presuntamente se dirigió hacia Rusia. El transpondedor del avión se encendió brevemente cerca de Moscú antes de apagarse nuevamente antes del aterrizaje.
El portavoz del Kremlin resaltó la importancia en estos momentos de iniciar un diálogo con las nuevas autoridades sirias para tratar acerca de la continuidad de las bases militares rusas que se encuentran en ese país, incluyendo la base naval en Tartús y el aeródromo militar en Hmeimim. «Es tema de discusiones con los que estarán en el poder en Siria», señaló Peskov. «Rusia está haciendo todo lo posible y todo lo necesario para establecer contacto con quienes puedan asumir la responsabilidad de garantizar la seguridad» de dichas instalaciones estratégicas, confirmó el portavoz presidencial.
La relación de Moscú con el nuevo poder establecido en Damasco se antoja difícil, por el apoyo otorgado a Asad desde el Kremlin durante todos estos años. Rusia empezó a intervenir militarmente en Siria en el año 2015, siempre con el objetivo de conservar en el poder al derrocado dictador del Partido Baaz.
Se pueden visualizar varios escenarios en un futuro inmediato, desde la apropiación de los efectivos rusos por parte del nuevo Gobierno sirio a un reconocimiento del Kremlin al poder recién llegado, estableciendo una nueva relación que parta de cero.
El domingo, una fuente del Kremlin indicó a la agencia rusa Tass que ya se habían iniciado contactos «con representantes de la oposición armada siria, cuyos líderes han garantizado la seguridad de las bases militares rusas y las misiones diplomáticas en territorio sirio». Información confirmada a su vez por Peskov al informar de que Moscú está haciendo todo lo posible para hablar con quien corresponde para que esto siga siendo así. El principal objetivo de Rusia ahora es mantener su base naval y aérea en Siria.
La base naval de Tartás y la base aérea de Khmeimim, se encontraban «funcionando con normalidad» ayer pese que las fuerzas contrarias a Asad se han hecho con el control de toda la región, según ha precisado una fuente siria a la agencia Tass. De mantenerse, tendrían que negociar con la oposición llegada al poder, no pudiendo ser del todo una garantía, ya que estas quedarían ya a merced del nuevo Gabinete en el poder. Eso tendría una consecuencia inmediata, afectando a la presencia militar rusa en África. También en el Mediterráneo, puesto que la base de Tartús se puso en funcionamiento para que Rusia ejerciera su poder en el sur de Europa y países del Magreb.
Moscú dio asilo a líderes políticos en el pasado, entre ellos al expresidente de Ucrania Víktor Yanukóvich. Aunque se desconoce dónde se alojará Asad, fuentes periodísticas señalan que podría vivir en el exclusivo barrio moscovita de Barvija, donde reside la familia de Slovodan Milosevic.
Cómo es la fortuna de Al Asad
En un informe encargado por el Congreso de Estados Unidos en 2022, se decía que el patrimonio neto de la familia Asad se estimaba entre los 1.000 y los 2.000 millones de dólares. El Departamento de Estado dijo que sólo podía proporcionar una "estimación exacta", ya que se cree que los Asad tienen activos bajo nombres ficticios o a través de acuerdos de propiedad opacos. EEUU cree que los Asad dirigen "un complejo sistema de mecenazgo que incluye empresas fantasma y fachadas corporativas que sirven como herramienta para que el régimen acceda a los recursos financieros". Dicha estimación incluye a la esposa, el hermano, la hermana, los primos y el tío del ya ex presidente, la mayoría de los cuales son objeto de sanciones estadounidenses.