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Así es The Line, la ciudad del futuro que quiere construir Arabia Saudí: con dos enormes rascacielos y más de 120 km en línea recta

La urbe diseñada por el príncipe Mohammed bin Salman conectaría con la mitad de la población mundial en solo unas horas y ayudaría a la lucha contra el cambio climático

The Line
The LineNEOM

Arabia Saudí es uno de los países árabes más ricos del mundo. Una importante economía, con recursos naturales valorados en más de 34 miles de millones de dólares, la compañía más rentable del mundo (Saudi Aramco) y una dependencia del petróleo gracias a sus extensos campos de crudo sitúan a la nación como un territorio extraordinario. Cuenta con ciudades muy importantes, pero ahora va más allá y pretende quedar la ciudad del futuro: The Line.

La nueva ciudad se comenzó a construir desde cero entre las fronteras de Arabia Saudí, Jordania y Egipto. Su estratégica posición servirá para que pueda conectarse con casi la mitad de la población mundial con un vuelo de apenas unas horas. El planteamiento se avanzó a principios de 2021, cuando el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, presentó el programa a través de su empresa, NEOM.

Este territorio aspira a convertirse en el hogar de millones de personas (pronostican alrededor de nueve millones de habitantes) y se extenderá por una superficie de apenas 34 kilómetros cuadrados, con el objetivo de que cada uno de sus vecinos pueda cubrir cualquiera de sus necesidades diarias con un paseo de cinco minutos.

Los dos rascacielos más grandes del mundo

Según los datos aportados hasta ahora por las autoridades saudíes, se apunta que el conjunto de la metrópolis alcance una altura de unos 500 metros, un ancho de 200 metros y se extenderá a lo largo de una línea recta de 170 kilómetros.

“Algo tan ambicioso como las pirámides de Egipto”, le pidió el príncipe heredero a sus funcionarios. Así, la clave del proyecto serán dos enormes rascacielos paralelos, y que serán construcciones totalmente acristaladas. Según The Wall Street Journal, Mirror Line (como se denominarán a ambas construcciones) se elevarán hasta alcanzar los 487 metros y se distribuirán a lo largo de algo más de 120 kilómetros a través de terreno desértico, costa y montañas.

Los edificios tendrán un panal de hoteles y residencias, y se implementará la agricultura vertical para cultivar verduras, que se cosecharán y empaquetarán de forma autónoma y se trasladarán a comedores comunitarios y cocinas de convivencia, sirviendo de desayuno, almuerzo y cena para los residentes, los cuales pagarían una suscripción.

Los planos también incluyen un estadio y un puerto deportivo para lujosos yates. El valor de los rascacielos rondaría los mil millones de dólares, y están diseñados por Morphosis Architects, con sede en EE UU, e involucra al menos a otros nueve consultores de diseño e ingeniería.

En cuanto a fechas, el príncipe saudí explicó que tanto los rascacielos como la ciudad en sí deberían afrontarse por etapas, y que el desarrollo podría prolongarse cincuenta años. Las proyecciones chocan contra Saudi Vision 2030, el plan con el que las autoridades saudíes quieren reducir la dependencia del país del petróleo y que ampara NEOM.

No obstante, este lunes, el príncipe heredero aseguró que para 2024, el proyecto estaría muy avanzado.

Lucha contra el cambio climático

La enorme metrópoli que las autoridades saudíes tienen entre sus planes está diseñada para primar la tecnología, la agricultura vertical y las fuentes de energía cien por cien renovables.

De hecho, la ciudad utilizará energía solar y eólica, agua desalada y las más novedosas materias primas. De esta forma, se respetaría hasta el 95% de la naturaleza sobre la que se asienta, tal y como explica SPA, la agencia de noticias árabe.

Todo ello está instaurado en el concepto de “Zero Gravity Urbanism”, un paso hacia delante con el que se pueda reducir la huella medioambiental y con el que sus creadores pretenden sacar adelante esta idea.

La urbe quiere dejar de lado los coches de manera definitiva y el diseño se apuesta por soluciones de movilidad basados en la alta velocidad y en los coches autónomos, aunque de momento no se especifica que se vaya a apostar por taxis voladores o drones o por trenes de levitación magnética, aunque se explica que el sistema de transporte público tendrán una gran relevancia, pretendiendo que se pueda ir de un extremo a otro de la ciudad en menos de media hora.