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Siria
Así es la prisión de Sednaya, la cárcel más temible del régimen de Al Assad: los reclusos no recuerdan ni sus nombres
Existen todavía prisioneros en los pisos inferiores del recinto, hasta ahora inaccesibles para los rebeldes
En la madrugada del sábado al domingo, un nuevo capítulo se abrió en la historia de Siria. El régimen del Partido Baaz Árabe Socialista, de más de medio siglo de duración; con Bashar Al Assad a la cabeza desde hace 24 años, cayó frente a la coalición de rebeldes, opositores y yihadistas tras una victoria relámpago que duró 12 días.
Esta victoria insurgente finalizó con una incursión relámpago en Damasco, sin apenas resistencia por parte de las fuerzas armadas gubernamentales sirias, tanto así que se ha llegado a ver a soldados cambiarse su uniforme oficial a ropa de civil y los oficiales sus identificativos y medallas.
Horas después del inicio de la incursión, los rebeldes tomaron los principales estudios de radio y televisión, así como se confirmó la huida de Al Assad y la caída del régimen baazista. Aunque se especuló inicialmente de que el avión del mandatario sirio fue derribado a la altura de Homs, lo cierto es que el hijo de Hafer Al Assad se encuentra en Rusia. Según reportan medios rusos, el hasta ahora mandatario habría decidido retirarse de la política, abrir clínicas oftalmológicas en la propia Rusia, Abkhazia y Dubái, así como atender cuestiones "humanitarias".
Momentos antes de la entrada en Damasco, los rebeldes se detuvieron en uno de los puntos más destacados de las afueras de la capital: la prisión de Sednaya, el complejo penitenciario más destacado del ya antiguo régimen baazista.
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"El Matadero"
Esta famosa cárcel siria, conocida como "El Matadero", la "Prisión Roja" o "Prisión del Silencio", se encuentra a apenas 15 kilómetros de Damasco, formando parte de la gobernación de Rif Dimashq y siendo construida en 1987. Tiene capacidad para albergar entre 10.000 y 20.000 prisioneros entre sus dos edificios.
La cuenta de @journaIite, en X, ha otorgado más detalles sobre la mencionada prisión. Por ejemplo, que no se permitían la visita ni de abogados ni familiares de los prisioneros, así como estaba prohibido realizar fotografías del recinto. Es por ello que, hasta la rebelión rebelde, las pocas imágenes que había eran por satélite.
Las condiciones de la prisión, según asegura esta cuenta, son deplorables, creando así un caldo de cultivo para torturas tanto físicas como psicológicas, siendo la más famosa una prensa donde el recluso era aplastado por esta, usada incluso en ejecuciones. También se han encontrado sogas con tonos rojizos, presumiblemente de la sangre,, y un cadalso para las ejecuciones.
En este sentido, Amnistía Internacional reportó en 2017 que hasta 13.000 ejecuciones sucedieron en los tiempos más crudos de la guerra civil siria, empezada en 2011. Sin embargo, lo que más ha caracterizado a este recinto es la capacidad de aislar a sus presos.
Tanto así que, según se reporta, muchos presos que fueron internados antes de la toma del poder de Bashar al Assad, pensaron que quien seguía en el poder era su padre, Bafer Al Assad, muerto a principios de siglos, cuando fueron liberados. Otros, incluso, llegaron a perder la habilidad de hablar ni recordar sus propios nombres en celdas estrechas donde podrían haber convivido entre cuatro y cinco reclusos.
Naturalmente, había todo tipo de cautivos, desde presos comunes hasta políticos, sin dejar de lado a las mujeres, incluso niños, presumiblemente hijos de estas mujeres detenidas que habrían nacido en el propio recinto penitenciario. Muchos de ellos, en el momento de la llegada rebelde, tenían pánico de huir por las posibles represalias del régimen de Al Assad, a pesar de que caería horas después.
Uno de los presos de Sednaya que ha sido liberado, de nombre Omar al-Shogre, contó a la cadena BBC su experiencia en esa cárcel durante tres años, mientras era un adolescente: "Forzaron a mi primo, a quién quiero mucho, a torturarme y viceversa. Si nos hubiéramos negado, nos habrían ejecutado", aseguró.
A pesar de que ya muchos presos han sido liberados por los insurgentes, lo cierto es que quedarían hasta tres plantas subterráneas repletas de presidiarios, por el momento inaccesibles debido al uso de códigos y contraseñas para acceder a los pisos inferiores. Es por ello, que reportan desde la mencionada cuenta, que se habría detenido al director de la cárcel para que les den acceso.
Actualmente, se siguen intentando liberar presos mediante entradas secretas, aunque también se están encontrando cadáveres y esqueletos apilados en diferentes salas, presumiblemente de presos ejecutados y realizadas ante el avance de los rebeldes hacia la capital en los últimos días del régimen.
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