Elecciones
El populismo se debate en Colombia con el voto antisistema en la segunda vuelta
El candidato de izquierda Gustavo Petro alcanzó en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo una votación histórica
Colombia votó para acabar con el stablishment y dar un giro hacia el populismo, con 72% de los sufragios del domingo decantados por las opciones antisistema y solo el 24% por las opciones tradicionales. Queda por definir con cuál signo finalmente se concretará tal camino. El candidato de izquierda Gustavo Petro alcanzó en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo una votación histórica, con más de 8,5 millones de votos con los cuales incluso superó por medio millón los sufragios que obtuvo en la segunda vuelta de los pasados comicios de 2018.
Es su tercer intento y está más cerca que nunca de lograrlo, aunque le faltará un impulso más. Con el 40,32% el abanderado del Pacto Histórico quedó lejos de la mayoría necesaria para triunfar sin segunda vuelta, uno de los objetivos planteados para evitar el “toconpé” (todos contra Petro) que se espera vuelva a protagonizar la segunda vuelta.
Al frente tiene a un rival de temer: Rodolfo Hernández ha convencido al 28% electorado para llegar de segundo lugar con un mensaje aún más populista y antisistema que el del propio exguerrillero. En la última encuesta de Invamer antes de la veda, el exalcalde de Bucaramanga era el único rival que le podía pelear a Gustavo Petro en segunda vuelta.
Se daba un empate técnico entre el exalcalde de Bogotá y quien ha hecho promesas tan llamativas como entregar recompensar a denunciantes de corrupción, devolver a los colombianos el dinero recuperado en consecuencia, vender el avión presidencial, retirar los coches a senadores, reducir sueldos de asistentes de diputados, controlar precios del sistema de salud, entregar un subsidio unificado de renta familiar de 1 millón de pesos (235 euros), garantizarle a cada colombiano al menos un viaje en su vida a la playa, y eliminar la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer.
Una cosa está clara: el debate para la segunda vuelta no está cantado. El Pacto Histórico pudiera crecer lo suficiente, convocando a electores que vean en Hernández a impredecible. Colombia conoce a Petro hace mucho. Ha sido senador, alcalde de Bogotá y candidato presidencial tres veces desde que dejó atrás la lucha armada y se incorporó a las reglas institucionales del país.
Rodolfo Hernández, por su parte, es un outsider ajeno a todo movimiento político, sin respaldo parlamentario, que usa de manera innovadora las redes sociales, con una inconclusa gestión municipal que ha sido señalada de malos manejos administrativos y una labor en la economía privada de la construcción que lo ha hecho millonario desde hace tres décadas.
Pero son justamente esos factores los que lo hacen brillar: no se parece a los políticos tradicionales, y ni siquiera a los más contestarios como Gustavo Petro. Algo que se confirmó cuando brindó su discurso al saberse competidor para la segunda vuelta con una transmisión por Facebook Live desde una cocina, sin tarima, multitudes o simpatizantes o banderas a su alrededor.
Así ha logrado convencer a los jóvenes e independientes, que ven en “el viejito de TikTok” una opción rompedora incluso con la lógica izquierda-derecha que enmarca a quien carga la mancha de haber simpatizado con el chavismo. En esta primera vuelta la participación reflejó esa convocatoria, con 54,91% de participación, la más alta en las últimas dos décadas.
Sumar y convencer
La segunda vuelta en Colombia será el 19 de junio. Durante esas tres semanas ambos candidatos deberán mostrar sus contrastes pero también sumar cada vez más apoyos. Rodolfo Hernández ya cuenta con el de Federico “Fico” Gutiérrez, el abanderado de la centro-derecha que sorpresivamente llegó de tercero, y que acumuló 5 millones de sufragios el domingo (24%). También recibió el respaldo de otro candidato derrotado, Enrique Gómez, quien llamó a votar por “el ingeniero” como única carta para derrotar a “la dictadura socialista” que representaría Gustavo Petro.
De igual forma, y aunque en esta campaña ha lanzado piedras al uribismo, Hernández antes se ha retratado con los simpatizantes del expresidente Álvaro Uribe, considerado figura fundamental del debate público colombiano, a quien ha descrito en años anteriores como un amigo, pero que ha quedado como uno de los derrotados de la jornada. Así, se espera que la derecha se anote de lleno con Hernández, a pesar de haber salido herida el fin de semana.
También queda por ver qué pasa con el centro político. Se espera que los grandes representantes de ese sector se sumen a Hernández, logrando una confluencia también histórica en torno a una candidatura.
No obstante, durante la campaña, varios congresistas del centro dejaron a su abanderado Sergio Fajardo para irse con Petro y aumentar opciones de triunfo real (pasó de 2,2 millones de votos para obtener la nominación a 900 mil el domingo). Hasta ahora, el pacto Histórico ha logrado acercar posiciones con sectores liberales y de centro que en otras épocas hubiese sido impensable, al moderar el discurso en favor de un cambio “sereno y tranquilo” con propuestas más verdes y menos estatistas.
Más allá de las alianzas, viene el debate frontal entre ambos abanderados, y Gustavo Petro ya comenzó a golpear: “La corrupción no se combate con frases de Tik Tok. Mi contradictor está imputado por corrupción. ¿Seguimos por el camino de las frases huecas mientras lo que se hace es seguir con las cosas como están? Una sociedad en la que los hombres gobiernan y las mujeres cocinan: ¿eso no es de hace dos siglos? ¿Podemos ser una gran nación si admiramos a Hitler?”, dijo el domingo en la noche recordando parte de los planteamientos públicos más polémicos de su adversario.
En cambio, el mensaje desde la cocina de Rodolfo Hernández no tuvo planteamientos tan directos. “Hoy ganó la una voluntad ciudadana firme para acabar con la corrupción como sistema de gobierno. Hoy perdió el país de la politiquería y corrupción. Soy consciente de la necesidad de unir al país en un cambio. Y soy consciente de las dificultades que habrá cuando sea presidente”, dijo quien tendría un mandato sin bancada parlamentaria ni respaldo institucional inicial que le brinde gobernabilidad.
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