La hondureña Xiomara Castro toma posesión enfrentando una crisis interna

Xiomara Castro, esposa del expresidente hondureño Manuel Zelaya derrocado en un golpe de Estado en 2009, se convierte este jueves en la primera presidenta de Hondurasen medio de una crisis interna dentro de su coalición progresista Libertad y Refundación (Libre), que ganó las pasadas elecciones del 28 de noviembre con el 51,1% de los votos frente al 36,9% del conservador Partido Nacional. Antes de asumir la Presidencia, Castro ha visto cuestionado su liderazgo por 20 diputados rebeldes de Libre que decidieron boicotear el pacto alcanzado antes de las elecciones entre Libre y Partido Salvador de Honduras (PSH). El líder de PSH, Salvador Nasralla, no se presentó a los comicios presidenciales ante las garantías de Libre de que asumiría la vicepresidencia y elegiría la junta que dirige el Congreso si Castro ganaba las elecciones. Sin embargo, 20 de los 50 diputados de Libre se unieron a los 44 de Partido Nacional para elegir como presidente del Congreso a uno de los legisladores rebeldes de Libre, Jorge Cálix.

Las divisiones han generado dos presidentes del Congreso que se disputan la legitimidad. Castro apoya a Luis Redondo de PSH para presidir el Parlamento. Redondo controla las sesiones del Parlamento y la Gaceta Oficial equivalente al BOE en España. Sin embargo, Cálix tiene el control de las redes sociales del Poder Legislativo. Un grupo de diputados de Libre protagonizaron una vergonzosa pelea el pasado viernes en el Parlamento a raíz de estas tensiones para elegir la mesa del Congreso. “Se consumó la traición”, escribió Castro en Twitter. Castro lideró una vigilia el pasado sábado frente al Congreso porque “el pueblo no está para traiciones”.

En medio de esta crisis política, Castro recibe hoy el respaldo en su toma de posesión de la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, del rey de España, Felipe VI, y dirigentes latinoamericanos de izquierda como el recién elegido presidente de Chile, Gabriel Boric, y. el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Las expresidentas de Argentina, Cristina Fernández Kirchner, y de Brasil, Dilma Roseuff, también asistirán a la proclamación de Castro como la primera presidenta de Honduras. Castro defiende que el “socialismo democrático” puede lograr cambios profundos en un país donde el 71% de sus casi 10 millones de habitantes viven en la pobreza, según la ONG Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras: “Cuatro de cada 10 habitantes no tienen recursos para un plato de comida al día”. La violencia de los carteles de la droga y las pandillas provocan una elevada tasa de homicidios de casi 40 por cada 100.000 habitantes.

Las catástrofes climáticas se suman a estos problemas estructurales que provocan grandes flujos migratorios hacia EEUU en busca de prosperidad. La catedrática de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Yadira Galvez, explica a LA RAZÓN los motivos por los que Castro enfrenta una profunda crisis interna antes de asumir el cargo: “Una de las dificultades que enfrenta Castro es mantener las alianzas políticas que la llevaron a la Presidencia debido al gran abanico que confluye en Libre y los acuerdos de Xiomara con otras fuerzas políticas en su carrera presidencial”. El portavoz de la diplomacia de EEUU ha hecho una llamada al diálogo en Honduras: “Mantengan la calma, absténganse de la violencia y de la retórica provocativa”.

Ante las tensiones políticas en Honduras antes de la toma de posesión de la primera presidenta hondureña de la historia, Gálvez explica los temas que pueden generar “fuertes divisiones” en el Congreso: “La asamblea constituyente planteada por Castro, el derecho a decidir de las mujeres y la apertura de una comisión internacional sobre corrupción”. Castro sucede en el cargo al Juan Orlando Hernández, acusado de narcotráfico por EEUU. La académica remarca que los primeros pasos de Castro pueden marcar su mandato: “Esta primera crisis es una llamada de atención de lo que puede ser más adelante la división en el Congreso”.