Venezuela
Amenaza de huelga general
La inflación galopante que sufre Venezuela hace que los trabajadores sientan que sus salarios son «de hambre». No es casual, por tanto, que aumente la conflictividad. En el primer semestre del año se registraron en el país 5.315 protestas, un promedio de 30 diarias, de acuerdo al Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. De ésas, el 84% reivindicó derechos económicos y la mayor parte se registró en el mes de junio, cuando la hiperinflación se aceleró hasta el 128,4% mensual, indicó la Asamblea Nacional. Justamente ese mes se inició el levantamiento del sector sanitario, con el cual enfermeros, médicos y demás trabajadores iniciaron una huelga indefinida para exigir mejoras sustanciales de sus remuneraciones salariales. Con más de 30 días acumulados, se trata de la protesta más larga de la historia de este sector y podría desembocar en renuncias masivas, según amenazan.
Una enfermera del hospital El Algodonal, en Caracas, percibe 600.000 bolívares quincenales de sueldo (0,14 euros). Al mes, contando el bono de alimentación, apenas alcanzan los 0,76 euros. En otros centros tienen la suerte de cobrar el salario mínimo normativo de cinco millones de bolívares (1,16 euros). Elvia Valecillos tiene 70 años, 40 como enfermera. Con lo que ganaba hace cuatro décadas podía sostener su hogar de cinco hijos, y hasta adquirir un crédito para el apartamento popular que hoy habita. «Ya no se puede hacer nada de eso», se lamenta a LA RAZÓN. En julio de 2018, gana 500.000 bolívares cada quincena y no le alcanza ni para comer. «Soy diabética e hipertensa. Necesito comprar Omeprazol y la caja de 14 pastillas sale en tres millones. ¿Cómo voy a comprar eso? Estoy mal, aquí donde me ves si me tocan, me tumban», completa.
Como ella, personal médico y de enfermería en todo el país alza su voz exigiendo salarios que se correspondan con lo que dice la ley: que deben ser calculados en función de la canasta básica. Además, piden materiales en medio de un desabastecimiento del 97% de medicinas y productos médicos en la salud pública.
A estas reclamaciones se suman ahora las de trabajadores eléctricos, sector monopolizado por el Estado, que también anuncian huelgas escalonadas, así como los profesores universitarios, que ayer encabezaron un paro. Distintos sindicatos han planteado una huelga general nacional, pero la propuesta aún no logra «prender».
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