Represión
Una joven pareja iraní es condenada a más de 10 años de prisión por bailar en público sin velo
La pareja de 20 años fue detenida en noviembre pero no se sabe con certeza en qué momento se grabaron las imágenes de la capital
El régimen iraní sigue empleando su maquinaria represora a fondo. Esta vez le ha tocado a una pareja de jóvenes, condenados a diez años y seis meses de cárcel por un tribunal revolucionario por bailar en un espacio público en Teherán.
Astiyazh Haghighi y su prometido, Amir Mohammad Ahmadi, ambos de poco más de veinte años de edad habían sido detenidos a comienzos del pasado mes de noviembre al hacerse viral el vídeo en que bailaban de manera romántica ante uno de los símbolos de la capital iraní, la torre Azadi (literal y paradójicamente la ‘torre de la libertad’).
Sus delitos: la joven no portaba el velo islámico obligatorio para las mujeres según la legislación de la República Islámica. Además, las mujeres tienen prohibido bailar en público en el país de Oriente Medio, y la gravedad de la situación se eleva en el caso de hacerlo con un hombre. Literalmente, el tribunal revolucionario del régimen de los mulás que los condena asegura que “incitaron a la corrupción y la prostitución pública” y que con su vídeo manifestaron su “intención de alterar la seguridad nacional”.
Además de la pena de cárcel, que conocieron el pasado domingo, a los jóvenes se les condena a no poder utilizar internet ni a salir de territorio iraní, según informó la Agencia de Noticias de Activistas por los Derechos Humanos (HRANA, por sus siglas en inglés). Haghighi se encuentra ya internada en Qarchack, una cárcel para mujeres situada en la periferia de Teherán conocida por las malas condiciones en que se encuentran las reclusas.
Ambos eran conocidos en las redes sociales en el país, y de manera especial merced a una cuenta en Instagram. Fuentes familiares citadas por la propia agencia estadounidense HRANA aseveran que ninguno de los dos ha podido disponer de defensa y que el juicio ha carecido de toda garantía, además de que sus tentativas de abandonar la cárcel bajo fianza han sido sucesivamente rechazadas por el tribunal que los ha acabado castigando.
El régimen reacciona sin piedad
La condena a la pareja, convertida en un nuevo símbolo de la lucha por la libertad en Irán, se produce en plena oleada represiva de las autoridades de la República Islámica, una ofensiva que comenzó a raíz de la muerte, a manos de agentes de la Policía de la moral, de la joven Mahsa Amini el pasado mes de septiembre –detenida por no llevar bien colocado el velo islámico- y las ulteriores protestas y manifestaciones públicas contra la ausencia de libertades en la teocracia iraní.
Hasta la fecha las autoridades iraníes han condenado a muerte a cuatro personas por su participación en dichas protestas. Los primeros ejecutados fueron el joven Mohsen Shekari, de 23 años, al que se le acusaba de haber provocado disturbios públicos y de haber apuñalado a un miembro de las fuerzas Basij en la capital iraní. Fue ejecutado el pasado 8 de diciembre. El segundo ejecutado fue Majid Reza Rahnavard, también de 23 años, ahorcado en público cuatro días después en Mashdad, al noreste del país. Su supuesto crimen: haber acabado con la vida de dos miembros del citado cuerpo paramilitar iraní y herido a otras cuatro personas con arma blanca.
A comienzos del pasado mes de enero las autoridades iraníes ejecutaban a dos varones, Mohammad Mehdi Karami, de 22 años, y Mohammad Hosseini, de 39, por el supuesto asesinato de un basiji durante las protestas registradas en noviembre en Teherán. Según Naciones Unidas, al menos 14.000 personas han sido detenidas por su participación en las citadas protestas.