La primera ministra británica en funciones, la conservadora Liz Truss, ha llegado este martes al palacio de Buckingham para presentar formalmente su dimisión al rey Carlos III, que posteriormente pedirá a su sucesor, Rishi Sunak, que formar un Gobierno.

Truss dijo este martes que ha sido un “gran honor” servir al Reino Unido y resaltó las ayudas que puso en marcha para ayudar a las familias ante la crisis energética. La política hizo una breve declaración ante la residencia de Downing Street antes de acudir al palacio de Buckingham, residencia de la familia real británica, para presentar formalmente su dimisión al rey Carlos III, quien ascendió al trono el 8 de septiembre.

Truss había anunciado su renuncia el pasado día 20, después de que su controvertido programa fiscal, con recortes de impuestos, provocara turbulencias en los mercados y hundiera la libra.

La política conservadora resaltó que fue también un honor haber encabezado como jefa de Gobierno el luto que afectaron el Reino Unido tras la muerte de la reina Isabel II, el pasado 8 de septiembre en el castillo escocés de Balmoral, después de setenta años de reinado.

Según afirmó, su Gobierno actuó de manera “urgente” para ayudar a millones de familias con las facturas energéticas y evitar que muchas empresas pudieran caer en bancarrota.

Truss destacó, además, las oportunidades de crecimiento que se le presentan al Reino Unido tras el Brexit e instó a apostar por una economía con impuestos bajos, así como aumentó en el económico para dar “mayores oportunidades a nuestros hijos y nietos”.

Al mismo tiempo, la política reiteró la importancia de seguir apoyando a Ucrania ante la invasión rusa y la necesidad de que el Reino Unido fortalezca sus defensas. Tras unas breves primarias en el Partido Conservador, sus diputados eligieron ayer al antiguo ministro de Economía Rishi Sunak como líder de la formación y próximo primer ministro.

Una vez finalizada la audiencia con Truss, Carlos III llamará a Sunak para pedirle que forme el nuevo Gobierno del Reino Unido. El próximo jefe del Gobierno, de 42 años, asume el poder en medio de una difícil crisis económica, por el aumento de la inflación y los tipos de interés y una inminente recesión.