Reino Unido
Truss adelanta su plan económico para calmar a los mercados
El ministro de Finanzas detallará el camino para reducir la deuda pública, lo que puede derivar en recortes sociales
El ministro británico de Economía, Kwasi Kwarteng, adelantará la presentación de su plan económico completo acompañado de previsiones oficiales de crecimiento y deuda del 23 de noviembre al 31 de octubre, tras recibir presiones de sus propios colegas conservadores ante la desestabilización de los mercados financieros.
El presidente de la comisión parlamentaria del Tesoro, el “tory” Mel Stride, difundió este lunes la carta en la que el ministro se compromete a exponer a final de este mes su llamado Plan fiscal a medio plazo, en el que debe detallar las medidas para expandir la economía y reducir paulatinamente la deuda neta.
Al mismo tiempo, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en inglés), supervisor de las finanzas públicas, publicará sus pronósticos independientes de crecimiento y déficit, en base al plan gubernamental.
En un mensaje en Twitter, Stride agradece que Kwarteng haya respondido a sus demandas y opina que si el plan económico “cae bien”, el Banco de Inglaterra podría ralentizar, en lugar de acelerar, en su reunión del 3 de noviembre la subida de los tipos de interés (actualmente en el 2,25%), lo que, puntualiza, es “clave para millones de personas con hipotecas”.
La presentación inicial por Kwarteng el 23 de septiembre de parte de su plan de crecimiento, basado en grandes recortes de impuestos sin especificar cómo enjugaría la deuda generada, causó la caída puntual de la libra esterlina y desestabilizó el mercado británico de deuda soberana a largo plazo.
Acuciado por las críticas incluso de su partido, el pasado lunes el ministro revirtió la controvertida rebaja prevista, del 45 al 40%, de la banda más alta del impuesto sobre la renta, en una de sus varias capitulaciones tras asumir el cargo el 6 de septiembre.
Se espera que el 31 de octubre Kwarteng precise cómo planea contrarrestar el coste de unos 43.000 millones de libras (unos 50.000 millones de euros) del paquete fiscal restante, que incluye la congelación del impuesto de sociedades y la anulación de un incremento previsto de las contribuciones a la seguridad social.
Esto podría conllevar polémicos recortes del gasto público o los servicios sociales, lo que potencialmente generaría nueva oposición política.
De cómo sea recibido este plan económico y financiero depende en buena medida el futuro del Gobierno conservador de la primera ministra, Liz Truss, que está bajo mínimos en las encuestas y afronta rebeliones entre sus filas.
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