Disidente cubano
Yunior García: “El cambio en Cuba es inevitable y espero que sea pacífico”
El opositor, exiliado en España, no descarta un estallido de protestas en la isla, donde asegura que las condiciones han empeorado desde las marchas del 11J
El dramaturgo cubano Yunior García (Holguín, 39 años) se exilió en España el año pasado convertido en una de las voces más destacadas de la oposición. Fundador del movimiento Archipiélago que convocó las protestas fallidas planeadas para el 15 de noviembre en Cuba, García cree que un año después del estallido social en la isla el 11 de julio de 2021 para pedir libertad y oportunidades las condiciones de vida han empeorado.
¿Cómo ha cambiado la sociedad cubana después de las históricas protestas del 11 de julio?
Un año después del 11 de Julio, la situación en Cuba está peor. Las causas que dieron pie a aquel estallido social siguen intactas e incluso en algunos casos se han multiplicado. No solo se trata de una crisis económica sino también de una crisis cultural y moral. A eso se suma la represión, que aumentó tras las protestas del 11J, más la ola migratoria, que ha superado a la crisis de los balseros de los años noventa. Los jóvenes no ven oportunidad dentro del país. Mis amigos quieren abandonar a cualquier precio Cuba. Y lo peor es que ha cundido la desesperanza, una gran parte de los cubanos que creyeron que la situación en Cuba podía cambiarse de un modo u otro, han perdido esa fe.
¿Ha habido cambios a nivel político dentro del régimen tras las protestas de hace un año?
Ellos están aferrados al poder. No creo que se trate de ideologías ni de convicciones, sino del poder en sí mismo. O mejor dicho, la única ideología que tiene el régimen es el mantenimiento del poder. Es una creencia fundamentalista, casi a nivel de secta religiosa. Consideran que pueden correr la misma suerte de Ceausescu en Rumanía si pierden el poder. Eso ya pasó en 1959, cuando salimos de una dictadura para entrar en otra empleando un espíritu revanchista contra el régimen anterior. Esa situación no debe repetirse.
¿Es posible una revuelta como la del 11J en el corto o medio plazo?
Es posible, a pesar de que un levantamiento popular no significa el fin del régimen. Hemos visto estallidos sociales más largos y duros en Venezuela y, sin embargo, Maduro continúa en el poder. Las protestas no garantizan que el régimen vaya a caer, pero esa es la manera que tienen los pueblos de manifestar su malestar con un régimen que es absolutamente fallido. Así que es algo que puede ocurrir en cualquier momento, sobre todo con estos meses de tanto calor y con los consiguientes apagones eléctricos debido a la escasez de energía, pero sobre todo por la falta de esperanzas. Además, irse del país no es algo que puedan hacer todos los cubanos. Esas personas están en una olla a presión que puede reventar en cualquier momento.
¿Cómo ha sido su experiencia fuera de Cuba?
Emigrar nunca fue un objetivo. Yo había salido 17 veces de Cuba en viajes temporales. Yo quería vivir en Cuba y tener familia allí. Pero a nosotros se nos acabó la vida. En uno de los últimos interrogatorios en Cuba con la psicóloga, ella me decía que yo había cruzado todos los límites dentro de la isla. Me convertí en un apestado y me acusaron de todo. Así que nos tocó a mi esposa y a mí exiliarnos, y es bastante duro porque una parte de tu cabeza sigue estando en Cuba. De hecho, sigo viviendo con el horario de Cuba. Aún me imagino aquí como de paso. Por otra parte, hemos encontrado muchísimo calor humano en España, que nos ha acogido maravillosamente.
¿Cómo se imagina el cambio político en Cuba?
El cambio en Cuba es inevitable, el régimen que hay es insostenible, y a pesar de que ellos tienen el control absoluto de la fuerza no creo que se pueda sostener mucho más tiempo. Yo espero que el cambio venga de manera pacífica, pero tiene que ser un cambio real hacia un estado de derecho.
¿Cree que los nuevos gobiernos progresistas en América Latina serán un apoyo para el gobierno cubano?
Cuba apela a eso, a que esta nueva ola sea una oportunidad para oxigenarse. Pero yo no creo que vaya a ser una nueva marea rosa como la que hubo a principios de siglo. Las izquierdas que mandan en varios países en América Latina no están unificadas, hay varias tendencias. Yo no veo tanta similitud entre el presidente electo de Chile y alguien como Gustavo Petro, que acaba de ganar en Colombia, ni si quiera como López Obrador. Muchos de ellos no simpatizan con regímenes como los de Cuba, Nicaragua o Venezuela. Boric, en Chile, ha sido bastante crítico con la situación política en estos países. Yo espero que líderes que se consideran demócratas no se sientan vinculados a estas dictaduras que están cometiendo crímenes y avasallando a sus pueblos.
¿Confía en que Estados Unidos acabe levantando el embargo en algún momento?
El embargo ha sido más una excusa que ha utilizado el régimen para justificar todo su desastre económico que algo realmente objetivo. Les ha servido para ser víctimas y recaudar el apoyo de otros países. El embargo de EEUU no ha cumplido sus objetivos, pero hay que hablar de las sanciones. ¿Se tiene que cruzar de brazos la comunidad internacional ante un gobierno que viola los derechos humanos como lo hace el gobierno cubano? Mandela decía que las sanciones no podían terminar contra el régimen del apartheid en Sudáfrica mientras los abusos no terminaran
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