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¿Sancionado?
El ex canciller Schröder pierde algunos de sus derechos especiales
En el punto de mira por sus lazos con Putin, el Bundestag cancela los gastos de su oficina y empleados. El Parlamento Europeo pide incluirlo en la lista de sancionados
El Parlamento alemán decidió retirar varios privilegios al ex canciller Gerhard Schröder por su cercanía al presidente ruso Vladimir Putin. La comisión de presupuestos canceló el monto destinado a su oficina en las instalaciones del Parlamento a propuesta de la coalición gobernante de socialdemócratas, verdes y liberales. Schroeder tampoco podrá costear sus viajes como hasta ahora del erario. El personal que tenía a su disposición hasta el momento será destinado a otras tareas. Hasta ahora, la oficina de Schroeder costaba al estado, viajes incluidos, unos 419.000 euros anuales, asegura el semanario «Der Spiegel». Los cuatro trabajadores que tenía dimitieron de sus puestos poco después de comenzar la guerra.
El Gobierno germano quiere regular estos derechos que disfrutan los antiguos cancilleres y, al parecer, la retirada de dichas prebendas se justificará sin mencionar las relaciones de Schroeder con el Gobierno de Putin, ya que ello podría ser recurrido penalmente. También la ex-canciller Angela Merkel podría ver reducida su dotación de una oficina con nueve trabajadores con salarios de hasta 10.000 euros al mes. Schröder mantendrá el personal de seguridad así como su jubilación, algo que los cristianodemócratas habían pedido cancelar asimismo, ya que según su opinión el ex-canciller perjudica la imagen internacional de Alemania.
El político del SPD de 78 años, que fue canciller de un gobierno verdirrojo en Alemania entre 1998 y 2005, trabaja para las empresas estatales rusa Gazprom y Rosneft, y desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania no se ha distanciado públicamente de Putin. En su propio partido hay varias peticiones de expulsión contra él. A principios de marzo, Schroeder viajó a Moscú, donde se habría encontrado con el presidente ruso para hablar sobre la guerra de Ucrania sin haber informado al Gobierno alemán. De su conversación no trascendió nada más allá que informaciones inoficiales.
En abril, Schroeder concedió una entrevista al diario estadounidense «The New York Times», que provocó un gran escándalo en Alemania, pues no solo justificaba su trabajo para empresas rusas, sino que lo defendía argumentando que «no se puede aislar a largo plazo a un país como Rusia, ni en el terreno político ni en el económico» Además aseguró que «Putin está interesado en acabar con la guerra». Él mismo habría trabajado «siempre en favor de los intereses de Alemania». Su empleo en las empresas estatales rusas solamente lo abandonaría en caso de que Putin decidiera cortar unilateralmente el suministro de gas. El canciller alemán ha pedido en varias ocasiones, la última a principios de mayo, a Schröder que dimita de sus trabajos para empresas estatales rusas. Es «completamente inaceptable que, como muy tarde desde el comienzo de la guerra, el antiguo canciller mantenga esas tareas», indicó Scholz a la ZDF. El canciller entre 1998 y 2005, se ha negado a condenar explícitamente la invasión rusa sobre Ucrania.
En la misma línea y también, el Parlamento Europeo pidió que se incluya al ex canciller en la lista de personas sancionadas si no abandonaba el consejo de administración de la petrolera estatal rusa Rosneft, en una medida que también pretende disuadirle de aceptar un alto cargo en Gazprom. El proyecto de resolución fue respaldado por los cuatro grandes partidos de la Eurocámara.
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