Guerra
Sobrevivió a los nazis, pero no a los rusos: muere con 96 años un superviviente de Buchenwald por un bombardeo en Jarkov
Así lo ha comunicado Andriy Yermak, jefe de la oficina del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, a través de Telegram
Con 96 años, Boris Romantschenko vivía los últimos compases de su vida en su hogar familiar de Járkov, la segunda urbe más grande de Ucrania ubicada a escasos 40 kilómetros de la frontera con Rusia. Este superviviente del Holocausto nazi logró sobreponerse a la barbarie, pese a transitar por cuatro campos de concentración. Ayer, un misil ruso golpeó de lleno su casa y acabó con su vida.
“Según su nieta, vivía en un edificio de varias plantas, que fue bombardeado. Boris Romanchencko trabajó intensamente en la memoria de los crímenes nazis y fue el vicepresidente del Comité Internacional Buchenwald-Dora”, comunicó el perfil de twitter de este colectivo que preserva la memoria histórica. Al parecer, su vivienda ardió tras el impacto del proyectil.
En la foto anexa al demoledor anuncio, aparece Romantschenko ante la verja de un campo de concentración, ataviado con una camisa de rallas, el número 9870, y un triángulo de color rojo, que especificaba su condición de prisionero político.
Este anciano ucraniano vivía en un país con un oscuro pasado. Babi Yar es un término que evoca uno de los peores traumas sufridos por los judíos ucranianos. Entre el 29 y 30 de septiembre de 1941, 33.771 judíos fueron asesinados en este bosque en los aledaños de Kiev por orden de los ocupantes nazis.En la matanza también participaron fuerzas policiales locales. Se estima que en aquel fatídico bosque se podrían haber ejecutado a entre 100.000 y 150.000 personas, que además de judíos incluían prisioneros de guerra soviéticos, gitanos o enemigos políticos.
Un ejército comandado desde Moscú liberó entonces a Europa oriental de las garras de Hitler. Ahora, un misil disparado por orden del Kremlin acabó con la vida de este superviviente del Holocausto.
El Comité Internacional Buchenwald-Dora explicó que Romantchesko nació en 1926 en la sureña localidad de Bondari, cerca de la estratégica Odessa que el ejército ruso anhela conquistar. Fue deportado a Dortmund (Alemania) en 1942, donde hizo trabajos forzados bajo tierra. En un intento de fuga fue capturado por sus carceleros, que lo reenviaron al campo de Buchenwald en enero de 1943. Luego, ayudó a fabricar cohetes en Peenemünde, y finalmente pasó por los campos de Mittelbau y Bergen-Belsen.
En el memorial anual que se convoca ante el vallado de Buchenwald, el superviviente exclamó en ruso: “¡nuestro ideal es la construcción de un nuevo mundo de paz y libertad!”. Los datos que ofreció Oleg Sinegubov, presidente de la administración regional de Járkov, no podrían estar más alejados de su sueño: las tropas rusas lanzaron 58 ataques de artillería, morteros y lanzacohetes sobre la castigada ciudad.
“La horrible muerte de Boris Romantschenko muestra cuán amenazante es la guerra en Ucrania para los supervivientes de los campos de concentración”, expresó la agrupación de la que formaba parte. Una red de 30 memoriales ha establecido una red de ayuda urgente para las víctimas de la persecución nazi en Ucrania.
Desde el inicio de la invasión ordenada por Vladimi Putin, Járkov ha pagado uno de los peores precios de la guerra. La ciudad, víctima de los continuos bombardeos indiscriminados, sufre por la falta de agua, comida y electricidad. Los primeros reporteros que comprobaron el efecto de la agresión rusa establecieron un evidente paralelismo con Alepo (Siria). La estrategia rusa es castigar sin piedad a ciudades enteras para forzar la rendición.
Yulia Bondarieva, que pasó diez días encerrada en un sótano mientras los cazas rusos arrasaban Járcov, logró escapar a Polonia. Pero según explicó a la agencia AP, su hermana permanece bajo suelo e incomunicada desde el 24 de febrero. Solo unos pocos miles lograron salir de las ciudades bajo asedio. El resto están abandonados a su suerte.
En un discurso dirigido al parlamento israelí, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky imploró a Israel que le proporcione armas para afrontar al ejército ruso. Zelensky, de origen judío, catalogó la agresión de Putin como una “solución final” (Holocausto): “es la destrucción total de nuestro pueblo, nuestro estado, nuestra cultura, y nuestro nombre”.“Lamentamos la pérdida de un amigo cercano. Deseamos a su hijo y nieta, que nos trajeron la triste noticia, mucha fuerza en estos momentos tan difíciles”, dicen desde la fundación.
Yermak ha indicado que “todo el mundo ve la crueldad rusa”, por lo que “la civilización está del lado de Ucrania”, cuyos ciudadanos serán “aún más fuertes y exitosos que antes de la guerra”, según ha recogido la agencia de noticias ucraniana Ukrinform.
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