Escándalo

El informe sobre el “Partygate” acorrala a Boris Johnson al criticar “el fallo de liderazgo y juicio”

La alta funcionaria Sue Gray señala que “el consumo excesivo de alcohol no es apropiado en un lugar de trabajo” y advierte de que las fiestas “no se deberían de haber permitido”

Llegó la hora de la verdad para Boris Johnson. El esperado informe sobre la investigación interna del “Partygate” salió este lunes a la luz criticando “fallos de liderazgo y de juicio” por parte del Número 10, en un escándalo que puede acabar costando el puesto al primer ministro apenas dos años después de haber logrado mayoría absoluta. “No se debería haber permitido la celebración de algunos de los eventos. No se debería haber permitido que otros acontecimientos se desarrollaran como lo hicieron”, matizó Sue Gray, la responsable de la pesquisa interna.

Las innumerables revelaciones sobre las reuniones sociales que tuvieron lugar en Downing Street en plenas restricciones sociales han hecho que Boris Johnson haya perdido la popularidad en la calle y la autoridad entre sus propias filas. Los aliados del primer ministro siempre habían pedido a los “tories” rebeldes que esperaran a ver las conclusiones del informe antes de plantear un desafío al liderazgo. Por lo que cada línea se analiza con lupa. Aunque el descontento era mayúsculo.

Tal y como se esperaba, la vicesecretaria permanente de la Oficina del Gabinete no nombra a ninguna persona concreta ni critica directamente a ningún político. En cualquier caso, recalca que “con el telón de fondo de la pandemia”, al menos “en algunas de las reuniones” se cometió “un grave incumplimiento, no solo de las normas éticas exigibles a los que trabajan en el corazón del Gobierno, sino de las que podían exigirse a la población británica en general”. Asimismo, sugiere que todos los departamentos gubernamentales deberían tener una “política clara y sólida” sobre el consumo de alcohol en el trabajo.

Gray ha investigado hasta 16 eventos que tuvieron lugar entre mayo de 2020 y abril de 2021, en plenas restricciones sociales. Todos se celebraron en Downing Street o en la Oficina del Gabinete, excepto uno en el ministerio de Educación.

Scotland Yard está investigando 12 de estas reuniones. Entre otros, Gray ha facilitado a los agentes más de 300 fotografías. La Policía había pedido que se hiciera “referencia mínima” a los eventos que ahora evalúan, por lo tanto, lo que se publicó ayer tan solo fue una actualización de la investigación interna, no se trata del informe completo.

No hay detalles, por ejemplo, de la famosa invitación que realizó el secretario personal del primer ministro el 20 de mayo de 2020, animando a la gente a “traer su propia bebida para disfrutar del buen tiempo en los jardines de Downing Street”, lo que Johnson justificó en su momento como “evento de trabajo”. En cualquier caso, el documento es una auténtica bomba de relojería.

“El uso del jardín del número 10 de Downing Street debe ser principalmente para el primer ministro y los residentes privados del número 10 y 11 de Downing Street. Durante la pandemia se utilizó a menudo como una extensión del lugar de trabajo, como medio más seguro de celebrar reuniones de grupo en un espacio ventilado. Se trataba de una medida sensata que el personal apreciaba, pero el jardín también se utilizaba para reuniones sin una autorización o supervisión claras. Esto no era apropiado. Cualquier acceso oficial al espacio, incluso para reuniones, debería ser sólo por invitación y en un entorno controlado”, describe el informe.

Nada más conocerse la actualización de la pesquisa interna, el premier acudió a la Cámara de los Comunes a dar explicaciones. Pura estrategia, al fin y al cabo, intentando que los titulares se centraran más bien en sus palabras. Durante su comparecencia pidió perdón, tanto por los acontecimientos como por la manera que se había gestionado la crisis. Aunque dijo que sabía que eso “no era suficiente”. “No sirve de nada decir que esto o aquello estaba dentro de las reglas o que la gente estaba trabajando duro. Esta pandemia fue dura para todos. Pedimos a la gente de todo el país que hiciera los sacrificios más extraordinarios”, añadió.

En este sentido, aseguró que lo principal ahora es “aprender” de los errores cometidos y dijo que enmendará los problemas de estructuras y de rendición de cuentas que hicieron posible esos “fallos de liderazgo” que critica el informe de Gray. “Es un momento para mirarse en el espejo y aprender”, matizó.

Tras afirmar que “acepta los hallazgos del informe de Gray”, Johnson dijo que no esperará al final de la investigación policial y que hará cambios en las “estructuras fragmentadas y complicadas” de Downing Street y del Ministerio del Gabinete (equivalente al de Presidencia). Entre esas reformas, adelantó que creará la función de un “secretario permanente” que supervise el funcionamiento de las oficinas del primer ministro, aunque no ofreció más detalles. Asimismo, aseguró que revisará los códigos de conducta que rigen para el gobierno y sus asesores, así como mejorará la “conexión” entre el Ejecutivo y el Parlamento. “Lo entiendo y lo arreglaré. Quiero decirle a la gente que sé cuál es el problema. Y se puede confiar en que el Gobierno lo resuelva”, recalcó.

Autobombo

Aunque la compostura apologética le duró poco porque rápidamente pasó al ataque ante las críticas de la oposición, asegurando que, tal y como prometió a los británicos, “ejecutó el Brexit” y ahora ha logrado que “la economía británica sea la que más ha crecido del G7 tras la pandemia”, gracias a “la exitosa campaña de vacunación”.

El líder de la oposición laborista,Keir Stamer, recalcó que el premier había tomado a los británicos por tontos. “Los ciudadanos piensan que el primer ministro debería hacer lo más honrado y dimitir, pero no lo hará, porque es un hombre sin pudor”, dijo en la Cámara de los Comunes, animando a las propias filas conservadoras a presentar moción de confianza contra su líder.

A continuación se exponen las principales conclusiones del informe:

  • “Con el telón de fondo de la pandemia, cuando el Gobierno estaba pidiendo a los ciudadanos que aceptaran restricciones de gran alcance en sus vidas, algunos de los comportamientos que rodean estas reuniones son difíciles de justificar”.
  • “Al menos algunas de las reuniones en cuestión representan un grave incumplimiento no sólo de los altos estándares que se esperaban de quienes trabajaban en el corazón del gobierno, sino también de los estándares que se esperaban de toda la población británica en ese momento”.
  • “A veces parece que se pensó demasiado poco en lo que estaba ocurriendo en todo el país al considerar la conveniencia de algunas de estas reuniones, los riesgos que presentaban para la salud pública y cómo podrían aparecer ante el público. Hubo fallos de liderazgo y de juicio por parte de diferentes partes del número 10 y de la Oficina del Gabinete en diferentes momentos. No se debería haber permitido la celebración de algunos de los eventos. No se debería haber permitido que otros acontecimientos se desarrollaran como lo hicieron”.
  • “El consumo excesivo de alcohol no es apropiado en un lugar de trabajo profesional en ningún momento. Deben tomarse medidas para garantizar que cada departamento gubernamental tenga una política clara y sólida que cubra el consumo de alcohol en el lugar de trabajo”.
  • El uso del jardín del número 10 de Downing Street debe ser principalmente para el primer ministro y los residentes privados del número 10 y 11 de Downing Street. Durante la pandemia se utilizó a menudo como una extensión del lugar de trabajo, como medio más seguro de celebrar reuniones de grupo en un espacio ventilado. Se trataba de una medida sensata que el personal apreciaba, pero el jardín también se utilizaba para reuniones sin una autorización o supervisión claras. Esto no era apropiado. Cualquier acceso oficial al espacio, incluso para reuniones, debería ser sólo por invitación y en un entorno controlado”.
  • “Algunos empleados querían plantear sus preocupaciones sobre los comportamientos que presenciaban en el trabajo, pero a veces se sentían incapaces de hacerlo. Ningún miembro del personal debería sentirse incapaz de denunciar o desafiar una mala conducta cuando la presencie”.
  • “El número de personal que trabaja en el número 10 de Downing Street ha aumentado constantemente en los últimos años... Sin embargo, las estructuras que apoyan el buen funcionamiento de Downing Street no han evolucionado lo suficiente para satisfacer las exigencias de esta expansión. Las estructuras de dirección están fragmentadas y son complicadas, lo que a veces ha provocado la difuminación de las líneas de responsabilidad. Se depositan demasiadas responsabilidades y expectativas en el alto funcionario cuya función principal es el apoyo directo al primer ministro. Esto debería abordarse de forma prioritaria”.
  • “De estos sucesos se pueden extraer importantes enseñanzas que deben ser abordadas inmediatamente en todo el Gobierno. No es necesario esperar a que concluyan las investigaciones policiales.