Maniobras conjuntas
Rusia envía tropas a Bielorrusia en plena tensión con Occidente
Lukashenko justifica las maniobras militares conjuntas por el despliegue de la OTAN en Polonia, los países bálticos y en las fronteras de su país
Occidente eleva el nivel de alerta ante el traslado de tropas del Ejército ruso a la vecina Bielorrusia, en unas maniobras militares conjuntas que tienen lugar en uno de los momentos más tensos vividos en los últimos años. Lo que para el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, es el comienzo de una «integración de facto» del este de Ucrania a Rusia, para el presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko, gran aliado de Moscú, son unos ejercicios que se acordaron hace más de un mes entre ambos países.
Mientras, crece la confusión en Occidente sobre los próximos pasos que podría dar Rusia, muy claros para los gobiernos de Estados Unidos y Ucrania, que llevan semanas alertando de un ataque militar orquestado por el Kremlin dentro de las fronteras ucranianas. Por su parte, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, niega categóricamente que su país esté buscando pretextos para invadir Ucrania, culpando a Washington de provocar una «desinformación total». «No hay duda de que hoy Ucrania está bajo el control externo de Estados Unidos», aseguraba ayer mismo.
Estos ejercicios militares, bautizados con el nombre de «United Resolve», (Determinación de la Unión 2022) en referencia a la alianza entre Rusia y Bielorrusia, se justifican, según sus presidentes, por el refuerzo de la presencia de la OTAN en Polonia, los países bálticos y en las fronteras de su país, así como por la situación en Ucrania. Estas maniobras, cuya primera etapa, la del despliegue, ya ha empezado y se prolongará hasta el 9 de febrero, y la segunda, operativa, abarcará del 10 al 20 de febrero, se habían planeado para el próximo mes, tal y como explicó ayer el presidente bielorruso, que indicó que se habían acordado hacía tiempo con su homólogo ruso, Vladimir Putin, algo que el jefe del Kremlin ya anunció a finales de diciembre, pronosticando una fecha aproximada entre los meses de febrero y marzo.
Lukashenko declaró este lunes que «Ucrania continúa reforzando sus efectivos, concentrando unidades de nacionalistas radicales de su Guardia Nacional», algo que para la frontera sur de Bielorrusia es «alarmante».
«Esto es incluso peor que el personal de la OTAN. Y todo esto ocurre en la vecindad inmediata de la frontera estatal de nuestro país. Todo bajo el disfraz de la lucha contra los migrantes», afirmó con rotundidad el presidente bielorruso. En noviembre, coincidiendo con la crisis migratoria entre Bielorrusia y la UE, Ucrania envió a 8.500 efectivos de su división de vigilancia de fronteras, guardia nacional y Policía a la frontera con Bielorrusia para evitar la entrada en el país de migrantes irregulares, algo que provocó al dirigente bielorruso quien afirmó tajante que «los inmigrantes no llegarán allí ni en su peor pesadilla. No van allí y no van a ir a Ucrania, lo sabemos muy bien. La gente está huyendo de Ucrania».
Las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia se encuentran, prácticamente, en punto muerto. La OTAN considera inaceptables las peticiones de Moscú de frenar la extensión de la Alianza Atlántica hacia aquellos países cercanos a sus fronteras, aunque hay voluntad por ambas partes de no cerrar las vías de diálogo. El Kremlin reclama respuestas concretas a lo ya propuesto para continuar discutiendo sobre Ucrania y los países de Occidente quieren agotar todos los canales diplomáticos para evitar un conflicto militar en pleno corazón de Europa.
Hoy se prevé la llegada a Kiev del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, como muestra de apoyo de la Casa Blanca, que ha amenazado a Rusia con tomar medidas sin precedentes en el caso de que tenga lugar la temida invasión rusa de la que tanto llevan hablando los estadounidenses. Después de Ucrania, Blinken se trasladará a Berlín para reunirse con representantes de Reino Unido, Francia y Alemania para abordar la situación en Ucrania. Podría viajar de allí a Ginebra para reunirse con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, según afirmó ayer el rotativo ruso “Kommersant”, información que horas después confirmó el Departamento de Estado de EE UU.
Ayer mismo, el “New York Times” publicaba que Rusia estaba evacuando a su personal diplomático en Ucrania, algo que podría ser interpretado como la preparación ante un conflicto real e inminente, o bien como un simple acto de propaganda del Kremlin. El periódico estadounidense afirmaba que el pasado 5 de enero, 18 personas, familiares de diplomáticos rusos, volvieron a Rusia en autobuses fletados por Moscú, citando a un alto funcionario de seguridad ucraniano que ha hablado desde el anonimato. Al parecer, días después otras 30 personas hicieron la misma ruta, esta vez desde las delegaciones de Rusia en Kiev y la ciudad de Lviv, situada en el oeste del país. Según esa misma fuente, al resto de diplomáticos rusos se les ha ordenado que estén preparados para abandonar el país.
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