Defensa
El jefe del Ejército de EEUU llamó en secreto a China para evitar una guerra a gran escala
Un libro de Bob Woodward y Robert Costa sostiene que Mark Milley pidió ser consultado en caso de que Trump lanzara un ataque nuclear
El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark Milley, tomó medidas en enero y ordenó ser consultado en caso de que el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, se inclinara a favor de llevar a cabo un ataque nuclear. Según extractos del nuevo libro de los periodistas Bob Woodward y Robert Costa, ‘Peligro’, al que ha tenido acceso la cadena CNN, los poderes presidenciales de Trump se vieron así recortados ante la posibilidad de que decidiera tomar medidas drásticastras el asalto al Capitolio, que tuvo lugar el 6 de enero.
Los periodistas del ‘Washington Post’ han señalado así que Milley instruyó a altos funcionarios del Ejército sobre el nuevo protocolo. “No importa lo que les digan, ustedes siguen el procedimiento. Y yo soy parte de ese procedimiento”. Luego, Milley miró a cada oficial a los ojos y les pidió que confirmaran verbalmente que entendían sus instrucciones.
Milley también se puso incluso en contacto con las autoridades chinas para evitar un conflicto armado a gran escala y dio la razón a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, cuando esta se refirió a la salud mental del presidente. “No podemos saber qué va a hacer. Ya sabes que está loco. Está loco desde hace tiempo”, aseveró Pelosi durante una llamada telefónica a Milley realizada el 8 de enero. El militar, por su parte, aseguró que “estaba de acuerdo en todo”.
Milley también mantuvo una llamada telefónica con su homólogo chino, Li Zuocheng, para garantizar que no había peligro de un ataque u otro acto impredecible de carácter militar en los últimos días de Trump en la Casa Blanca. “Estamos preparados. Todo está bien”, le explicó Milley a Li. “La democracia puede ser un poco estrafalaria a veces”, manifestó.
El libro también incluye más detalles sobre los esfuerzos de Trump por dejar de lado al vicepresidente, Mike Pence, y bloquear al Congreso para que no certificaran la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre de 2020. Según las informaciones de Woodward y Costa, Trump “perdió los papeles” el 5 de enero intentando convencer a Pence para que “estuviera de su parte”, si bien el vicepresidente insistió en su deber constitucional de presidir el Congreso.
“¿No sería divertido que pudieras hacerlo?”, preguntó Trump, que amenazó a Pence con dejar de ser su amigo si no lo hacía. “No, no es posible”, habría contestado Pence mientras una turba de seguidores del magnate se reunían frente al Capitolio para lo que se convertiría poco después en un asalto a la sede del Congreso de Estados Unidos.
Días antes del asalto, Pelosi mostró su preocupación sobre la salud mental de Trump y realizó una serie de llamadas a las Fuerzas Armadas para que los altos cargos del Ejército realizaran comprobaciones en relación con posibles órdenes de ataque, lo que incluía ataques nucleares. Sin embargo, Milley aseguró a Pelosi que se habían tomado las medidas de precaución necesarias para evitar que Trump iniciara cualquier conflicto bélico, incluso aunque no existan pruebas de que esa fuera su intención.
Milley no informó a Trump del nuevo protocolo a seguir, que pasaba por que los generales le informaran de cualquier decisión militar de tales características antes de llevar a cabo las órdenes del presidente.