América Latina
“La represión en Nicaragua no tiene precedentes ni en la dictadura de Somoza”
Alfredo César Aguirre, líder del Partido Conservador, cree que la ofensiva represiva del Gobierno podría propiciar un aislamiento económico que hundiría la economía del país
En el máximo de un mes, el líder nicaragüense Daniel Ortega “va a dar marcha parcialmente” a su ofensiva represiva. Este es el vaticinio del presidente del Partido Conservador de Nicaragua, el opositor Alfredo César Aguirre, quien explica en una entrevista telefónica con LA RAZÓN que Ortega responderá “dependiendo de qué tan robusta sea la respuesta internacional y de los riesgos económicos que haya para Nicaragua”. Aguirre explica que el Partido Conservador ha sido cancelado y que no podrá presentar candidato a las elecciones presidenciales de noviembre.
¿Recuerda una oleada represiva de esta magnitud en Nicaragua?
El país está convulsionado a partir de una ofensiva de detenciones muy amplia y sin precedentes en Nicaragua que yo no he visto en estos 42 años que han pasado desde la revolución sandinista, pero tampoco existió antes en la dictadura de Somoza. Somoza iba contra los políticos, los encarcelaba, pero no actuaba contra periodistas o empresarios como ahora.
¿Es solo miedo a perder las elecciones o hay algo más?
Está ligado al temor a perder las elecciones pero Ortega está tratando de obtener otros resultados. Ahora hay una investigación a fondo contra la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que ha llevado alrededor de 50 periodistas y directores de medios y figuras culturales a desfilar en la fiscalía; todos ellos pueden ser detenidos en cualquier momento. Es decir, quieren desmantelar el periodismo independiente. Otra fundación bajo investigación y ataque del Gobierno es Funides, formada por dirigentes del sector privado, incluidos dos de los 14 líderes empresariales más importantes del país. Se pretende obligar al sector privado a quedar al margen de la política. Desde la rebelión abril de 2018, el sector privado ha estado activo en política institucional, en los derechos humanos y en la petición de elecciones libres y justas. Existe por tanto una arremetida para que la empresa quede fuera de todo esto.
¿Cuál es el modelo de país que tiene Daniel Ortega?
Es el modelo de Putin en Rusia. La arremetida contra las ONG y la prensa independiente y contra dirigentes empresariales es algo que ha pasado y pasa en Rusia. No es Cuba ni Venezuela. La diferencia con el modelo cubano y venezolano es que en Nicaragua hay una economía de mercado, y el sector privado contribuye al PIB del país en un 85%. El esquema económico ruso es parecido al de Nicaragua con la diferencia que aquí no tenemos un sector petrolero fuerte como el ruso.
¿Acaso no teme Daniel Ortega la reacción de la OEA, de Europa y de EEUU?
Su experiencia lo hace calibrar cada vez con más precisión. Sí que tiene miedo a la presión internacional, pero ahora sabe cuándo se puede volver peligrosa; está desafiando a la comunidad internacional y viendo cuál puede ser su respuesta. Se acerca un momento, determinado por el calendario electoral, en el que Ortega va a reaccionar y va a reacomodar la situación del país, va a retractarse. Y ese momento será dentro de un mes como mucho. Ahora hay un aislamiento diplomático grande hacia Nicaragua, pero si viene un mayor aislamiento económico ocasionará graves daños al país. Lo que está sobre la mesa es muy serio. Está en peligro el Tratado de Libre Comercio con Europa y EEUU y el cierre del financiamiento internacional. Eso sería un desastre para el país.
¿Qué papel tiene Rosario Murillo en la gestión del país como vicepresidenta y esposa de Daniel Ortega?
Circulan todo tipo de rumores alrededor de ella, pero yo no la conozco. Ahora es vicepresidenta y tiene mucho poder político. En el día a día actúa como si fuera un primer ministro; el funcionamiento del gobierno es muy parecido al de una monarquía parlamentaria impuesta, no reflejada en la Constitución.
¿Hay protestas en las calles contra el Gobierno?
El patrullaje policial y las tropas especiales antimotines que circulan en las ciudades desde hace meses hace que nadie se atreva. Cuando varias personas protestan son detenidos o dispersados con diferentes tácticas policiales. Así que desde hace meses no hay posibilidad de protesta en la calle sino de forma virtual en las redes sociales. La represión generaliza a la población funciona desde hace más de un año. Lo nuevo es que desde inicio de mes ha entrado una andanada de criminalización de la oposición.
¿Quién podría ganarle en las urnas a Ortega?
En estas elecciones eso es secundario. Un 70% de la población que se declara opositora al régimen Ortega-Murillo pero tampoco respalda a ninguna de las opciones opositoras de forma mayoritaria. Ningún partido supera el 10% de apoyo en votos. No existe un apego a los precandidatos opositores, pero lo importante en los sondeos es que existe un voto en contra del régimen.
¿Cuántos partidos políticos hay en Nicaragua y cuáles están autorizados a competir en las presidenciales?
Hay 19 partidos políticos en el país, algunos regionales y otros nacionales. De todos ellos diez son aliados formales del Frente Sandinista. De los otros nueve partidos, siete son de carácter nacional. Dos de ellos han sido cancelados, incluido el mío, el Partido Conservador. También cancelaron al PRD, un partido de centro izquierda. Así que solo hay cinco formaciones habilitadas a nivel nacional. Pero solo una tiene independencia del régimen; es un partido liberal que se llama Ciudadanos por las Libertades, muy parecido al Ciudadanos de España. Los otros cuatro partidos está sometidos en diverso grado al régimen.
¿Es partidario de una mayor presión de la comunidad internacional?
En el Partido Conservador preferimos que estas crisis se resuelvan dentro del país, es lo que permite avanzar. Pero la realidad es que la comunidad internacional reacciona para preservar sus propias instituciones.
¿Teme ser acosado como otros opositores?
Uno nunca sabe, son riesgos que se corren siendo dirigente político en un régimen dictatorial. Hay que decir que Nicaragua se ha convertido en dictadura de forma gradual. Algunos dicen que fue desde la represión violenta de abril de 2018, con 328 masacrados. En este momento no hay nadie en el país que no considere que este es un régimen dictatorial. En la OEA y en el gobierno de EEUU lo han catalogado como dictadura, antes hablaban de régimen autoritario.
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