Pandemia
Merkel impone su autoridad ante los “Länder” para combatir el coronavirus
La Gran Coalición reforma la Ley de Protección de Infecciones para imponer el toque de queda y el cierre de los comercios no esenciales a partir de los 100 casos por cada 100.000 habitantes
Tras meses de pandemia e innumerables y frustrantes conversaciones con los dieciséis Estados que, lejos de conseguir un rumbo claro, obligaron a Angela Merkel a disculparse hace unos días ante los ciudadanos, la canciller alemana impuso este mates su autoridad y, en un claro golpe de efecto, aprobó en Consejo de Ministros la reforma de la Ley de Protección de Infecciones, que refuerza su poder ante las regiones y automatiza y armoniza las restricciones en todo el país.
El proyecto de ley, que debe aún ser ratificado por el Parlamento, establece que, a partir de un umbral de 100 nuevos casos de covid-19 por cada 100.000 habitantes en siete días, Berlín podrá decidir la aplicación de toques de queda nocturnos o el cierre de comercios no esenciales, entre otras medidas. En teoría, el también llamado “freno de emergencia nacional” ya existía desde hace siete semanas, pero en la práctica había supuesto un caos después de que varios “Länder” y ciudades no se adhirieran al acuerdo. Algo que, sumado al lento avance de la campaña de vacunación, provocó que disminuyera la confianza en los políticos para enfrentar la crisis, a menos de seis meses para las elecciones.
Ahora será en Gobierno federal quien por ley alinee e imponga este freno. “Este freno de emergencia a nivel nacional es necesario porque, aunque es difícil decirlo nuevamente, la situación es grave”, aseguró Merkel consciente de que muchos en Alemania expresaron su exasperación y confusión durante los últimos meses por el hecho de que los Estados interpretaron las reglas acordadas a nivel federal de maneras diversa, pese a tener similares tasas de infección.
”Si esperamos a que todas las camas en las unidades de cuidados intensivos estén ocupadas, será demasiado tarde”, añadió Merkel, que subrayó que el único objetivo de estas medidas es “sacar al país de la fase ascendente” de la tercera ola de la pandemia.
A partir de ahora, la nueva normativa establece que el “freno de emergencia” sea aplicado de manera automática y uniforme en el país en base a un criterio objetivo. Si hay más de cien casos por cada 100.000 habitantes en siete días, la reforma contempla un toque de queda entre las 9 de la noche y las 5 de la mañana, así como la limitación de los encuentros privados en espacios abiertos y cerrados a los convivientes y una persona de otro domicilio.
También fija el cierre de la mayoría de comercios, recintos culturales y de ocio, así como la restauración, a excepción de establecimientos con artículos de primera necesidad, farmacias, gasolineras, librerías, floristerías y peluquerías. Además, las clases presenciales en los centros educativos estarán condicionadas a la realización de dos test de antígenos semanales, y la presencialidad se suspenderá en los distritos que superen una incidencia acumulada en una semana de 200 casos por cada 100.000 habitantes. La reforma de ley propuesta obliga, asimismo, a los empleadores a ofrecer a sus trabajadores en modalidad presencial al menos un test semanal.
Regiones como Baja Sajonia han criticado la iniciativa gubernamental porque consideran que “tomar el poder de las regiones en medio de una crisis es un gran error”. La asociación de ayuntamientos expresó, por su parte, que imponer toques de queda puede ser “problemático a nivel constitucional”. Dentro de los partidos y sectores políticos alemanes, Los Verdes apoyan el proyecto de Merkel, pero los liberales del FDP, la izquierda radical Die Linke y la extrema derecha de la AfD se oponen al texto.