América Latina

Leopoldo López, la piedra que tensa las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela

La actividad del líder opositor desde Madrid inquieta al Gobierno de Maduro, que ve en él un obstáculo para un futura negociación con otros líderes antichavistas

El opositor venezolano Leopoldo López
El opositor venezolano Leopoldo LópezIvan ValenciaAgencia AP

La escalada verbal del líder venezolano Nicolás Maduro contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha dejado crecer con múltiples arremetidas desde finales de diciembre. El centro de este malestar, según ha podido saber LA RAZON, no es otro que el papel en España del líder opositor Leopoldo López, huido de Venezuela en octubre tras permanecer siete años privado de libertad en su país. Desde Caracas acusan a López de “terrorista” y “conspirador”, que actúa como la cabeza visible de una estrategia para desestabilizar al Ejecutivo de Maduro.

Hace una semana, el mandatario venezolano dijo que “los gobernantes de España” están protegiendo a “un fascista y a un criminal que mueve millones de dólares en paraísos fiscales” e insistió en que “pruebas sobran” pero lo que hace falta es coraje y decisión “en Pedro Sánchez y el Gobierno de España” para actuar sobre los opositores venezolanos.

Fuentes de la oposición venezolana aseguraron a LA RAZÓN que “en Caracas molesta mucho la libertad de movimiento y de expresión que tiene Leopoldo López en Madrid” después de más de siete años silenciado tras recibir una condena de cárcel. Según esta versión, el líder opositor, fundador del partido Voluntad Popular, supone un obstáculo de primer orden en la estrategia del Gobierno venezolano de cara a una futura negociación con el también opositor Henrique Capriles, quien mantuvo contactos secretos con el chavismo y defendió la necesidad de participar en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2020.

López, “el único opositor al que el Gobierno de Maduro respeta y teme por igual”, ha desplegado una intensa actividad desde que está en España con varios frente abiertos. Por un lado está intentando unir a la oposición y activar a la sociedad civil venezolana, y al mismo tiempo está desarrollando una campaña internacional en reuniones con políticos de países de la Unión Europea y de Latinoamérica para ganar apoyos en su objetivo de derrocar a Maduro. “La agenda de Leopoldo les pone nerviosos a muchos dentro del régimen”, añade un funcionario conocedor de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

“Maduro no solo quería quitarse de en medio a Guaidó sino que también quiere eliminar a Leopoldo, y por ello está presionando con declaraciones contra Sánchez. El objetivo es dejar fuera a Guaidó y al G4 (los cuatro partidos más importantes de la oposición venezolana) en la próxima negociación”, explican a LA RAZÓN. “Ellos necesitan descalificar a Leopoldo acusándolo de terrorista para que no tenga poder de veto en un proceso de acercamiento con Capriles”.

Las mismas fuentes aseguran que “España impuso en la Unión Europea una estrategia para dejar de reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela y el equipo de Borrell se la ha comprado”. Sin embargo, un creciente malestar habría surgido en las delegaciones de varios países, especialmente Alemania, por el giro dado por el Gobierno de Sánchez en la cuestión venezolana.

La llegada de Juan Fernández Trigo a Caracas como encargado de negocios, el máximo puesto en la legación después de la expulsión del embajador de Jesús Silva, supone un reto para el diplomático español, quien parece que de momento no ha conseguido ayudar para rebajar la tensión entre ambos gobiernos.