Internacional
La verdad sobre la policía condecorada por el atentado de Manchester: no vio al terrorista por irse a comprar un kebab
Jessica Bullough se tomó un descanso “injustificable” de dos horas. Además, una empleada de seguridad le avisó sobre la extraña actitud del terrorista 30 minutos antes del atentado
Jessica Bullough, una agente de la Policía Británica de Transporte (BTP) que fue condecorada por su valentía en el atentado que se produjo en el Manchester Arena el pasado 22 de mayo de 2017, se tomó un descanso “injustificable” de dos horas para irse a comprar un kebab el mismo día del ataque suicida del terrorista Salman Abedi, según una investigación policial que recoge ‘Daily Mail’.
De hecho, la propia oficial de policía admitió en la investigación que “probablemente" le habría parado al joven terrorista de 22 años para preguntarle qué llevaba en su mochila. Bullough volvió a patrullar poco después de que el terrorista caminara por el andén de la estación de tren de Victoria hacia el vestíbulo del Manchester Arena hasta que detonó el artefacto explosivo al final del concierto de Ariana Grande, matando a 22 personas e hiriendo a 116.
Bullough explicó que su descanso debería haber sido de entre 50 minutos y una hora. Sin embargo, permaneció fuera de servicio durante dos horas y nueve minutos para irse a comprar un kebab junto a su compañero Mark Renshaw. Después se fueron a una oficina de Northern Rail para comerlo.
Alertada 32 minutos antes
Según una de las últimas investigaciones policiales, antes de que Abedi detonara la bomba, una empleada de seguridad -Julie Merchant- alertó a la agente condecorada sobre la extraña actitud del terrorista 30 minutos antes de que se produjera el atentado. De hecho, y según el informe, fueron varias las “oportunidades perdidas” para identificar al atacante como una amenaza real y tomar medidas para su detención, ya que al menos fueron cuatro testigos los que afirmaron haber avisado a las autoridades de que alguien estaba actuando de manera sospechosa.
Merchant aseguró que no creía que el hombre fuera un terrorista, pero “valía la pena mencionarlo”, ya que “se había escondido en un área donde no debería estar”. No obstante, la oficial Bullough indicó que no recordaba que nadie se le acercara para comentarle estas sospechas y estaba “segura” de que nadie le dijo que había una persona que rezaba.
Paul Greaney, abogado de la investigación, le preguntó a Bullough: “Cuando miras hacia atrás, ¿lo ves normal?”. Ella respondió: “No, injustificable". Greaney prosiguió: “Si hubieras estado de servicio 10 minutos antes y hubieras visto a ese hombre actuando de aquella manera, ¿lo habrías considerado sospechoso?”. La oficial de policía le contestó: “A pesar de que era una estación de tren con mucha gente que viajaba con grandes mochilas a la espalda, viendo las imágenes si hubiera pasado por mi lado con esa bolsa en la espalda probablemente le habría preguntado qué llevaba dentro”.
Por otro lado, Greaney comentó que otro testigo había hablado directamente con la persona sospechosa y le había preguntado “¿Qué llevas en tu mochila?”, pero no recibió respuesta. El testigo volvió a hablarle a Abedi: “No se ve muy bien que estés con una mochila en un lugar como este. ¿Qué estás haciendo?”. La contestación que le dio el terrorista fue: “Estoy esperando a alguien, amigo. ¿Tienes hora?”.
Este testigo habló posteriormente con Mohammed Agha, un empleado de seguridad en aquel lugar, quien alertó de la situación a un compañero para ver qué hacían. Según el informe, su compañero trató de comunicarse por radio con el centro de control de seguridad, pero no pudo hacerlo. Minutos después, Abedi comenzó a caminar hacia las puertas del arena. Su declaración continuó: “Me quedé paralizado y no escuché nada en la radio. En ese momento supe que era demasiado tarde”.
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