Los nigerianos están acostumbrados a la violencia en el amplio sentido del término. También a la que se ejerce sobre las mujeres, objetivo frecuente de abusos y crímenes. Pero la muerte de la joven estudiante Uwavera Omozuwa este pasado sábado ha conmocionado e indignado no solo al país. El movimiento de repulsa ha traspasado fronteras y se ha trasladado a las redes, donde #JusticeForUwa está teniendo un amplio seguimiento.

La acción que desencadenó su muerte fue escalofriante y en unas circunstancias aterradoras. Uwavera, de 22 años, murió a golpes y presuntamente tras ser violada en una iglesia de la ciudad de Benin a la que solía acudir para leer o estudiar. Era un lugar de recogimiento próximo a su universidad que le ofrecía la tranquilidad que no tenía en casa para estudiar Enfermería, donde acababa de ser admitida.

Se encontraba allí cuando, según los medios locales -en una versión aún sin confirmar-, varios delincuentes entraron en el local, golpearon a Uwavera con un extintor de incendios cuando se resistió y luego la violaron. Una versión que corroboran sus padres y su hermana Judith, que exigen justicia para ella y que los culpables paguen por su delito. Sin embargo, un portavoz de la policía estatal del sur de Edo, a la que está adscrita Benin, ha asegurado que investigan el incidente como asesinato, no como violación.

Según informaciones recogidas por la BBC, fue un agente de seguridad quien la descubrió en la iglesia, en estado grave y con la falda y la camisa ensangrentadas. Una mujer telefoneó desde la iglesia a los padres de Uwavera, quien fue ingresda en el hospital. Allí se debatió entre la vida y la muerte durante tres días hasta que falleció el sábado,

Este crimen brutal ha indignado a los nigerianos, que recurrieron a las redes sociales para exigir justicia, sobre todo después de que el pasado martes, un agente de policía matara a tiros a una niña de 16 años, Tina Ezekwe, en la ciudad de Lagos.