Política

Hong Kong

Continúa el asedio a la Politécnica de Hong Kong

El Ejecutivo hongkonés se plantea aplazar las elecciones por las protestas

Un manifestante intenta huir de la Universidad Politécnica de Hong Kong
Un manifestante intenta huir de la Universidad Politécnica de Hong KongKin CheungAP

Hong Kong está sumida en el caos. Tras la batalla campal del pasado domingo, que duro más de 17 horas, los manifestantes volvieron a echarse a las calles, donde sembraron de ladrillos el asfalto y montaron barricadas con el mobiliario urbano que encontraron a su paso. Su intención era clara: entretener a las Fuerzas de Seguridad para ayudar a escapar al medio millar de descontentos que permanecían acantonados y sitiados por la Policía en la Universidad Politécnica de la ciudad. Allí, los enfrentamientos entre los agentes y los antigubernamentales se recrudecieron con advertencias de fuego real incluidas y a última hora se confirmaba que varias decenas habían logrado escapar.

A primera hora de la mañana, los uniformados volvieron a hacer un llamamiento a abandonar el recinto, un mensaje que no caló entre los numerosos jóvenes que decidieron permanecer en el interior del campus. Allí llevan días haciendo acopio de materiales para protegerse, fabricando armas para usarlas contra la Policía y fortificándolo a base de vandalizarlo. Sin embargo, después de que sobre las 5:30 de la mañana repelieran el primer asalto de la Policía tras incendiar la entrada de la institución, muchos optaron por abandonar el complejo en grupo, momento en el que se encontraron con diversas rondas de gases lacrimógenos que obligaron a muchos a retroceder. Desde ese instante y a lo largo del día, las idas y venidas se sucedieron hasta que, como si de una película se tratara, varios de ellos lograron burlar a la Policía y escapar deslizándose por cuerdas desde una pasarela en cuya parte de abajo les esperaban motoristas que les alejaron del lugar.

Desde el lunes pasado y tras conocerse la muerte de un joven que cayó de un tercer a un segundo piso en un aparcamiento cuando la Policía dispersaba a los manifestantes, la ex colonia británica ha vivido un repunte de la violencia sin precedentes. Ese día se convocó una huelga general que ha logrado -hasta la fecha-, paralizar el transporte y suspender las clases en colegios y universidades; y los enfrentamientos también se han cobrado la vida de un hombre de 70 años, que murió tras recibir un ladrillazo en la cabeza, añadiendo más leña al fuego a una situación que no atisba una solución temprana.

Ayer, tras una larga jornada de altercados, el número de heridos se elevaba a 116 personas, con tan solo una mujer en estado grave, un dato sorprendente teniendo en cuenta los miles de ciudadanos que salieron a las calles para frenar y provocar a unos cuerpos de seguridad que no dudaron en hacer uso de los ya tradicionales gases lacrimógenos, pelotas de goma o de cañones de agua.

"Ley antimascaras"

Por si fuera poco, este lunes también se dio a conocer la sentencia del Tribunal Supremo que declara inconstitucional la "ley antimáscaras" que se impuso el mes pasado para tratar de frenar unas protestas que ya duran más de cinco meses. El fallo da la razón a una demanda que interpusieron 25 parlamentarios del bando pro democracia y supone todo un varapalo para el Gobierno de Carrie Lam, que en las últimas semanas ha detenido a numerosos ciudadanos amparándose en una norma rescatada de la era colonial que ha sido ampliamente criticada.

Precisamente, críticas no le faltan a un Ejecutivo que no ha ofrecido ninguna salida al enquistado conflicto y que, sin embargo, cuenta con el apoyo indiscutible de Pekín. Ayer mismo, el portavoz del Ministerio de Defensa chino, Wu Qian, insistió en que "detener la violencia y restaurar el orden es la tarea más urgente para Hong Kong". Tampoco se olvidó de restar importancia a la participación el pasado sábado de los soldados del Ejército de Liberación Popular en la tarea de despejar los bloqueos en carreteras y retirar unos escombros que, a su parecer, amenazan la seguridad nacional y la estabilidad de una ciudad que este domingo elegirá a sus representantes por distritos, siempre que las circuntancias lo permitan y el Gobierno no lo suspenda como sutilmente ha advertido.

El mensaje del responsable gubernamental hongkonés llega después de que la Policía haya irrumpido dentro de la Universidad Politécnica de Hong Kong, un episodio que se ha saldado con los enfrentamientos más graves entre manifestantes y Fuerzas de Seguridad en las últimas fechas.

Varios de los candidatos a las elecciones de distrito de este domingo han sido atacados en las últimas semanas, incluidos varios candidatos prodemocracia y Junius Ho, un polémico parlamentario afín al régimen de Pekín y al que sus críticos vinculan con grupos criminales.

El secretario para Asuntos Continentales y Constitucionales del Gobierno de Hong Kong, Patrick Yip, ha advertido de que las protestas de este fin de semana y los incidentes violentos reducen las posibilidades de celebrar este fin de semana los comicios de distrito.

"Debo decir que el aplazamiento de las elecciones es una difícil decisión y que no daremos este paso hasta que no sea absolutamente necesario", ha afirmado Yip, según informa la cadena de radiotelevisión local RTHK.

Yip ha hecho hincapié en que, para que se celebren las elecciones, tienen que terminar la violencia, las barricadas y la destrucción de instalaciones de transporte público. El Gobierno ha dicho ya que va a trabajar con toda su capacidad en la preparación de los comicios aunque ha subrayado que su prioridad principal es poner fin a la violencia.

Asedio a la Politécnica

Este lunes, la Universidad Politécnica de Hong Kong ha sido rodeada por agentes antidisturbios de la Policía, que han establecido un cordón de seguridad. La noche anterior, la Policía dio un ultimátum a los estudiantes para que abandonaran el centro antes de las 22:00 horas. Los agentes han terminado irrumpiendo en el centro educativo a las 5:00 (hora local) del lunes y han arrestado a decenas de estudiantes que estaban dentro.

Los campus universitarios se han convertido en el epicentro de los enfrentamientos entre manifestantes y agentes de las Fuerzas de Seguridad desde la semana pasada, siendo la Universidad Politécnica el último centro todavía con presencia de alumnos.

Los manifestantes se concentraron en los campus levantando barricadas y lanzando cócteles molotov contra la Policía e incluso disparando flechas con arcos. Además, bloquearon rutas de transportes para evitar que los residentes de la zona acudieran a trabajar.

Las protestas de Hong Kong comenzaron en junio por el intento del Gobierno local de aprobar una ley que habría permitido entregar a las autoridades continentales chinas a sospechosos arrestados en la antigua colonia británica. Desde entonces, el movimiento de protesta ha evolucionado y ha centrado sus demandas en la defensa de las reformas democráticas y el rechazo al dominio de Pekín.