Argentina
Mar en tiempos revueltos
Dirección y guión: Lucía Puenzo. Intérpretes: Inés Efron, Mariela Vitale, Pep Munné, Arnaldo André. Argentina- Francia-España, 2009. Duración: 96 min. «Thriller».Supongo que Lucía Puenzo no sabía si dejarse llevar por el realismo mágico –recordemos que la novela en que se basa «El niño pez» es suya y estaba narrada por un perro– o por el cine de género, y al final le ha salido una película que no es ni una cosa ni tampoco la otra. Por un lado está la fábula del título, que ilumina el gran secreto que guarda Ailin (Mariela Vitale), la asistenta que se convierte en objeto de deseo de la colegiala (Inés Efron, la protagonista de «XXY») de la casa donde sirve y también del padre de ésta (Pep Munné); por el otro, está el «thriller», a medio camino entre «Las ciervas», de Chabrol y «Las diabólicas», de Clouzot. Y en medio está una historia de amor al límite, entorpecida por la extraña costumbre del cine actual de convertir una historia que necesitaba ser lineal en un rompecabezas que no viene al caso. Queda el retrato opresivo de la burguesía argentina, muy marteliano, y una cierta capacidad para crear atmósfera, pero el principal problema de «El niño pez» es que se avergüenza de su dimensión folletinesca. Mezclen un poco de amor prohibido y una porción de conflicto de clase, una pizca de cárcel de mujeres y otra de corrupción policial, y salpiméntenlo con un chorro de incesto y un toque de parricidio, y tendrán como resultado un culebrón disfrazado de película de autor que aburre hasta a las ovejas.
«Fuga de cerebros», sin complejosOtro de los títulos que ha paseado a sus protagonistas por el Festival de Málaga y llega hoy a la cartelera es «Fuga de cerebros». Esta comedia «teen» se gestó sin complejos con la intención de españolizar el género que tantas alegrías ha proporcionado a la taquilla norteamericana. Por el camino, se ha encontrado con un precedente («Mentiras y gordas») de enorme éxito que utiliza una fórmula parecida: jóvenes actores cocinados a fuego rápido en televisión que sirven de poderoso imán para adolescentes. Los protagonistas principales son Mario Casas («El internado») y Amaya Salamanca («Sin tetas no hay paraíso») y el encargado de reunirles, Fernando González Molina, otro hombre curtido tras la cámara de televisión, Fernando González Molina, que pretende que su ópera prima sea número uno en la lista de las más taquilleras. La cinta empieza en un humilde instituto de barrio donde estudia Emilio (Casas), un chico tímido y con una media académica de cinco, que lleva toda la vida enamorado en secreto de Natalia (Salamanca), la chica guapa y lista de la clase. Cuando el último día de curso, por fin se decide a declararse, a Natalia le conceden una beca para Oxford. Entonces, Emilio y sus amigos del instituto deciden tomar cartas en el asunto.
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