La bohemia y la alta comedia se unen en el TNC con «La casa dels cors trencats» de Bernard Shaw

Cuando tienes que escribir una obra teatro, con todos los personajes masculinos mayores de 40 años porque los jóvenes están en la guerra, es que algo no va bien. En 1914 estallaba la I Guerra Mundial y el dramaturgo George Bernard Shaw tuvo que empezar a idear sus obras bajo el estigma de la guerra. Aquel mundo que se desmembraba a sus ojos no se le iba de la cabeza. El padre de la alta comedia contemporánea quería seguir haciendo reír al público, pero no podía obviar los duros momentos en que vivían. El resultado fue la obra «La casa dels cors trencats», que el propio Shaw definía como su «El rey Lear». El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) presenta ahora un montaje de esta fastuosa y barroca obra, que conjuga comedia, farsa, misterio, drama, tragedia, terror, existencialismo y psicología. Es la primera vez que el TNC presenta un Shaw, un reto que dirige Josep Maria Mestres. «Si existe un término como comedia ligera, para esta pieza debería inventarse el de comedia profunda. Reinventa por completo todo aquello que es humano», señaló ayer Mestres.La obra se sitúa en un fin de semana en alguna mansión de la campiña inglesa. Allí, una serie de personajes estrafalarios se reunirán con el objetico de desbaratar un matrimonio de conveniencia. Sin embargo, la anécdota argumental servirá para presentar un abanico de seres desesperados con la amenaza de la Gran Guerra como telón de fondo «Es un Lear cómico, con unas personas con el corazón roto, en una casa en ruinas, en una nación que se desmorona», dijo Mestres.El elenco lo encabeza Pep Cruz como el gran patriarca de la familia protagonista. Junto a él, Carme Elias, Abel Folch, Silvia Bel, Pep Anton Muñoz y Artur Trias, entre otros, en un montaje pensado para hacer reír y pensar.