Barcelona
Entre Edipo y Antígona: tragedia pura
El director Georges Lavaudant estrena «Edipo. Una trilogía», donde reúne tres tragedias de Sófocles con Eusebio Poncela en el papel del rey de Tebas y Laia Marull como Antígona.- Dónde: Matadero-Naves del Español. Madrid. -Cuándo: desde hoy al 28 de junio. -Cuánto: de 16,5 a 22 euros. Tel. 91 360 14 84.
Si en «Edipo Rey» está la tragedia griega en toda su grandeza, en «Edipo. Una trilogía» están todas las tragedias griegas. Pero no se molesten en buscar el título en las antologías: el espectáculo que estrena hoy el veterano director francés Georges Lavaudant en el Matadero de Madrid es una nueva creación totalizadora: el ciclo de Edipo al completo, compactado en una única obra, que arranca con «Edipo Rey», sigue con «Edipo en Colono» y se cierra con «Antígona». Destino, ascenso, asesinato, fortuna, gloria, incesto, muerte, autoridad, integridad, rebeldía, castigo... Todos los temas están en esta enciclopedia de lo humano. El montaje se estrena en Madrid y más adelante visitará el Festival Grec (23-27 julio), coproductor junto al Teatro Español, y el de Mérida (12-16 agosto).No era una trilogía«Me parecía muy interesante contar la historia de los labdácidas, la familia de Edipo, y hacerlo tal cual aparece en Sófocles», explica un pausado y elegante Lavaudant. «Si hubiera tenido la oportunidad de montar las tres piezas de forma integral, quizá no me hubiera atraído. Si se hiciese la integral de los tres textos se notaría que originalmente no estaban concebidos como una trilogía, como sí ocurre, por ejemplo, con "La Orestiada"», explica el director. El resultado es una única obra de dos horas y media.En escena, Eusebio Poncela será Edipo, Laia Marull su hija Antígona, Críspulo Cabezas el hermano de ésta, Polinices, y Pedro Casablanc dará vida al tirano Creonte, que condena a muerte a la aguerrida descendiente de Edipo por desafiar su orden de no velar la muerte de Polinices. Además, Rosa Novell, Fernando Sansegundo, Luis Hostalot, Miguel Palenzuela y Noelia Benítez completan un reparto prometedor. Lavaudant defiende el uso de micrófonos inalámbricos, que utiliza aquí, cuenta, «para potenciar los matices del texto». Explica que «veo el teatro griego como textos arquitectónicos: hay que utilizar la matemática para analizar las frases, porque si no se respiran bien no aflora el sentido de lo que hay en ellas». Y recuerda que «otro peligro es el "pathos": «El actor no tiene que aportarlo; la violencia, las emociones, ya están en el texto».Para el director, «en los griegos, y en Sófocles en particular, es interesante que las temáticas se mezclan: por un lado está el tema del poder, pero aparecen también reflexiones sobre los dioses, el destino... En "Edipo Rey"es su propia inteligencia la que lo lleva a su caída, por su afán de descubrir, hasta las últimas consecuencias». Edipo, hijo abandonado del rey de Tebas, cumple con la profecía cuando da muerte a su padre y desposa a su propia madre sin saberlo. Al descubrir la verdad se arranca los ojos y se exilia. «En "Edipo Rey"los actos se cometieron con inocencia, mientras que en "Antígona", Creonte es el espejo deformante de Edipo», asegura Lavaudant. Recordemos: muerto el rey, Creonte toma el poder y prohibe a Antígona honrar el cuerpo de su hermano. Ésta lo desafía, y es condenada. Su muerte arrastrará a la desgracia a la familia del monarca. «Creonte, a diferencia de Edipo, sí sabe lo que hace. Y es esa voluntad de ejercer el poder hasta el absurdo lo que lo llevará a su pérdida». Entre ambas tragedias se cuela «Edipo en Colono», «más misteriosa, la menos conocida... Es un contapunto a las otras dos: tiene un final positivo, Edipo se redime y casi se convierte en un semidiós», según el director.Jean-Pierre Vergier, habitual colaborador de Lavaudant, firma la escenografía, con varias sillas y una pantalla en la que se proyectan calles de una ciudad contemporánea. Lavaudant lo define como «simbólica» y explica que «el espacio recuerda a un cine abandonado: es como una metáfora. La idea de partida era que los personajes estuvieran a la vez en su consciencia y en su inconsciencia». Así, prosigue, «"Edipo Rey"está tratada de forma más clásica; "Edipo en Colono"está mucho más inspirada por el expresionismo; y en "Antígona"hemos tratados de deconstruir la historia. Lo bueno de hacerlo así es que se puede tratar el repertorio clásico sin caer en un cliché, una religiosidad de qué debe ser "lo griego"».Las edades de EdipoAsegura el director que «no sólo en España, sino en cualquier país, es muy difícil encontrar a un actor capaz de interpretar "Edipo Rey"y "Edipo en Colono". Eusebio es interesante incluso desde el punto de vista físico, porque resulta creíble cuando hay que asumir que Edipo ha envejecido, y ha entendido muy bien que él puede tener toda esa calidad emotiva interior sin caer en el sentimentalismo». Poncela corrobora sin falsa humildad: «Estoy de acuerdo. Por edad, por capacidad y por entendimiento entre los dos». Y adelanta: «Mi Edipo va a ser muy contundente, y tendrá mucho de investigador, de Sherlock Holmes... Hace mucho tiempo que no me dirigían de verdad. Me he puesto en las manos de este hombre como un niño pequeño obediente y nada provocador». Algo que pega poco con su personalidad. «Sí, pero a veces tienes que hacer lo que manda el sentido común –reconoce–, y Lavaudant sabe muy bien lo que no quiere. Hemos logrado una buena comunión entre ambos. Yo salgo en dos partes de esta triolgía, pero son tremendas: tienes que ser un atleta en muy buenas condiciones, física y moralmente».
Un grande de la escena europeaEl romance del director del Odeón Théâtre de L'Europe con España viene de lejos: en 1998, Lavaudant pisó el Festival de Otoño con dos piezas de Brecht. Desde entonces ha visitado Barcelona y Madrid con montajes como «Los gigantes de la montaña», «Ayax/Philoctète», «La Orestiada», «Fanfarries», «La Rose et la Hache», «Play Strindberg» y «Hay que purgar a Totó». Cuenta de este «Edipo» que «los actores españoles tienen pocos referentes de lo que pretendo hacer con los textos griegos, pero se han mostrado muy colaboradores».