Estaba encantada, feliz y radiante. Pero lo tuvo claro nada más llegar al barco «Espléndida», nuevo buque estrella de MSC, en su botadura barcelonesa amadrinada por Sofía Loren. Hubo postín, caos, cierta marejadilla en la costa y deslumbramiento por el brillo de la embarcación, una cueva de Ali Babá repleta de dorados y piedras. Es decir: Swarovski en su mayor esplendor, desde el negro piano rodeado de cristales que parecen diamantes a la rutilante escalinata de metacrilato. Alarde de modelitosTanto brillo como el de Anita Obregón al enterarse de que compartiría singladura con Olfo, el hijo de Lucía Dominguín, de 29 años y después de haber perdido unos cuantos kilos tras su paso por «La isla de los famosos». Un programa que adelgaza incluso más que las dietas de Maribel Yébenes, bien lo sabe Cary Lapique, irreconocible yendo de Marbella a Ibiza. Pero vayamos a lo de Anita:-¡Quiero conocerlo!–, suplicó la rubia, hasta que al final tuvieron un aparte propiciado por la buenísima educación del galán apetecido. Fue un acoso sin derribo, pero nunca se sabe. Acudieron juntos a un partido benéfico entre merengues, el Barça y la selección italiana, una oportunidad de oro para que ella hiciera alarde de modelitos a cual más seductor. Ante la bien cuidada dejadez del chico, que no perdía su aniñada sonrisa, Ana lució de entrada un conjunto de blusa y vaqueros. Luego se puso vaporosa con gasas amarillas para la gala, igual que Ana Millán, que estaba entusiasmada con las canciones napolitanas de Josep Carreras.Luminosa como pocas veces a pesar de que iba sola, Ana desplegó un arsenal de encantos: que si «ahora me marcho a Mallorca», luego «me dejaré caer por Ibiza» y «quizá visité Miami». En la ciudad estadounidense, por cierto, han montado cuartel general, como cada verano, los Fraile Lemeyer, incluso con Mary Pepa, que le ha cogido cariño al Caribe. Olfo, que proyecta convertirse en diseñador empezando por su propia ropa, fiel al estilo Bosé tan «decontracté» inventado por la «nonna» Lucía, no quiso hablar de la separación de su tía Paola, en cuya casa madrileña vive junto a su hermanastra Jara.La reaparición de Laura PonteParecen curados de espantos, algo impensable en la fiesta Missoni montada en Marbella: Nina, ex de Philippe Junot, hizo su primera salida después de su boda, enseguida apagada por la serenidad de Laura Ponte, que, luminosa también, reaparecía tras su separación matrimonial. Hasta parece que se ha quitado un peso de encima al desligarse de Beltrán Gómez-Acebo tras dos años duros de pulso y aguante. Mientras, otros alertaban sobre la exclusiva de Nina:-Cuando mandéis las fotos de esta fiesta a «¡Hola!», obviadla a ella. Aún tienen que publicar las imágenes de su repentina boda parisiense de hace diez días.Tomaban precauciones, no fuesen a reventar la exclusiva con esta salida. Hasta ahí podíamos llegar.