Navarra
Hasta nueve años de cárcel por el «tartazo» a Yolanda Barcina
MADRID- El «tartazo» a la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, puede salir caro a los tres miembros del colectivo «Mugitu!» contra el trazado del tren de alta velocidad por la comunidad foral. Gorka Ovejero, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Arruazu, Julio Martín Villanueva e Ibón García Garrido comparecieron ayer en la Audiencia Nacional, pero se negaron a declarar ante el juez Santiago Pedraz, que les imputa un delito de atentado contra la autoridad que lleva aparejadas penas de entre cuatro y seis años de cárcel, nueve en el caso del concejal si se aplica la agravante dada su condición de autoridad. A instancias de la Fiscalía, el magistrado les ha dejado en libertad, aunque con la obligación de comparecer semanalmente en el juzgado más cercano a su domicilio y la prohibición de abandonar el territorio nacional sin autorización. Los imputados, además, deberán entregar su pasaporte en un plazo de 48 horas y designar un domicilio permanente para ser localizados, además de comunicar al juzgado cualquier cambio de residencia.
En su resolución, el juez Pedraz recuerda que el pasado 27 de octubre, cuando Barcina se encontraba presidiendo en la localidad francesa de Toulouse el 29º Consejo Plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos, se aproximó a ella Gorka Ovejero con una tarta «oculta en una carpeta».
«Aturdida por el impacto»
«Sacándola de forma sorpresiva se abalanzó por delante sobre la presidenta estampando la tarta en su cabeza», continúa el relato. Cuando la presidenta de Navarra se encontraba todavía «aturdida como consecuencia del impacto», añade, se acercaron por la espalda Martín Villanueva y García Garrido «estampándola respectivamente cada uno una tarta en la cabeza».
Los imputados –que pertenecen a la plataforma contra la construcción del Tren de Alta Velocidad «Mugitu!»– actuaron, asegura el magistrado, «de común acuerdo». Según explicó el propio colectivo en un comunicado difundido a través de internet, el objetivo de la agresión era «agradecer los ímprobos esfuerzos que, como máxima responsable política de Navarra, estaba realizando por la imposición de esa infraestructura». Para esta plataforma se trató nada más y nada menos de «una elegante manera de darle la bienvenida a su nuevo cargo».