Estados Unidos
En la librería virtual de Lisa Simpson
Los periodistas Jared Keller y Michelle Legro crean una web que recoge las referencias literarias de la mítica serie de animación, un batiburrillo de títulos que, como la serie, incurre en la incorrección política
Probablemente sea el personaje que menos empatía genera entre la audiencia de los Simpsons aunque también tiene una legión de fans. Resabiada, idealista y algo repelente, Lisa, sin embargo, constituye casi un milagro surgido entre la mediocridad que la rodea. Sus conocimientos de arte, literatura, ciencia, historia, música y otras disciplinas destacan no sólo en una niña de ocho años, sino en un adulto de cualquier edad. El afán intelectual de Lisa sólo se puede explicar como una especie de alter ego de sus creadores, deseosos de poder mostrar su formación. Matt Groening estudió Filosofía, y los guionistas con los que trabaja son «empollones graduados en Harvard que intentan sacar algún provecho de lo que han estudiado», asegura Groening. Sólo así se puede entender que la pequeña dedique su tiempo libre a leer por voluntad propia «Las uvas de la ira», de John Steinbeck, o los poemas de Emily Dickinson.
Intrigados por sus selecciones literarias, los periodistas Jared Keller y Michelle Legro han creado el «Club del Libro de Lisa Simpson», una web que recoge los títulos que este lúcido personaje ha introducido en la serie (que acaba de estrenar en EE UU su vigésimo tercera temporada), bien porque los menciona directamente, bien a través de referencias ocultas. La página constituye un proyecto en constante construcción: sus creadores invitan a los internautas a enviar nuevos títulos que vayan descubriendo al ver la serie. A la vista de los numerosos libros que se encuentran ya registrados, podemos ver cómo su biblioteca bien pudiera ser un completo catálogo de las lecturas de toda una vida.
Lecturas infantiles y más
En primer lugar, los guionistas no olvidan la corta edad de la lectora al incluir en los capítulos diversos libros destinados a niños. Así, la pequeña Simpson lee «Pipi Calzaslargas», el clásico infantil de la escritora sueca Astrid Lindgren que retrata a una niña traviesa y aventurera muy diferente a ella, pero con gran parecido a su hermano Bart. Por intelectual que sea, Lisa no rechaza la lectura de historias que se han convertido en best-sellers de todos los tiempos, como los cuentos de los hermanos Grimm, la serie de «The Babysitter's Club», de Ann M. Martin, y los libros de Harry Potter. Sin embargo, la elección de estos últimos nos dice que Lisa está interesada en descubrir cómo es la vida estudiantil más allá de la Escuela primaria de Springfield, dirigida por el atormentado Seymour Skinner. Lisa explora también la experiencia académica en la novela «Paz por separado», en la que John Knowles recuerda su estancia en la mítica academia Phillips Exeter, donde también estudió otro de sus autores de cabecera, Gore Vidal, del que lee varios títulos.
La elección de este ensayista estadounidense refleja que sus guionistas no construyen la irreverencia de «Los Simpsons» sólo a través de los comentarios de sus personajes, en ocasiones, muy políticamente incorrectos. La admiración de Lisa por este escritor profundamente ligado al partido demócrata supone una provocación, ya que la cadena que lo emite, la Fox, apoya abiertamente a los republicanos. De hecho, la preocupación de la pequeña Simpson por el medio ambiente y las clases desfavorecidas se puede percibir como una crítica a ciertos aspectos de la política. Tom Wolfe, que se definió a sí mismo como «un demócrata a lo Jefferson», también figura entre sus lecturas e, incluso, es uno de los cameos de famosas personalidades en la propia serie. En el ámbito del ensayo histórico, Lisa debe de ser también una niña instruida gracias a las biografías de «The Master of the Senate», de Robert Caro, sobre políticos de Estados Unidos, o la historia del nazismo en «Auge y caída del Tercer Reich», de William L. Shirer.
Su implicación en la igualdad entre hombres y mujeres, que la lleva a la desesperación en numerosos capítulos, tiene también una base intelectual en autoras que lee con devoción. Es el caso de una de las pioneras de la literatura feminista en la época decimonónica, Jane Austen, pero también en la creación actual con Joyce Carol Oates. La perseverancia de Lisa sobre este tema se produce a pesar del ejemplo de su madre, Marge, cuya interpretación de la obra de Virginia Woolf no puede estar más alejada de la de su hija: «Cuando escribió que cada mujer necesitaba su propio cuarto, debió de estar hablando de la cocina», dice Marge sobre «Una habitación propia». Una vez más Lisa busca en la literatura las respuestas que su entorno no le ofrece: «El club de la buena estrella», de Amy Tan, explora las relaciones entre madres e hijas a través de la historia de cuatro chinas americanas y sus madres.
La soledad intelectual de Lisa en un entorno tan mediocre se puede comparar con el de Woolf entre las mujeres de principios del siglo XIX o el sufrimiento de la poeta Sylvia Plath. Ambas escritoras se suicidaron. Y aunque, con todo, Lisa parece una niña feliz, la encrucijada, su interés por la cultura y su necesidad de encajar en la sociedad, a la que se tiene que enfrentar en numerosas ocasiones, la convierten en un personaje solitario e incomprendido, como lo fueron las autoras citadas.
Pesimismo existencial
El pesimismo existencial parece la única salida para Lisa, que intenta superar su frustración a través de jornadas interminables de estudio y lectura. En estos momentos, la poesía se convierte en uno de los mejores aliados de Lisa, sobre todo, la escrita por mujeres. Como vimos, encuentra refugio en los versos de las poetas Sylvia Plath y Emily Dickinson. Clásicos modernos y actuales conviven en las estanterías de Lisa: «Ethan Frome», de Edith Wharton; y «Hombre y super hombre», de George Bernard Shaw; entre los más actuales, y «Las correcciones», de Jonathan Franzen; y «Moneyball», de Michael Lewis; entre los más antiguos. Sin duda, un vasto recorrido por toda la historia de la literatura ya que, como asegura el propio Groening, «"Los Simpson"es una serie que recompensa al que lee».
Los cómics: más allá de la academia
Fue precisa una crítica de «Indiana Jones» para que Steven Spielberg conociera al héroe creado por Hergé. Sin embargo, Lisa Simpson, o los guionistas de la serie, según se mire, no han tenido que esperar a que el director llevara a la gran pantalla sus aventuras para ser conscientes de su mítica existencia. La sensibilidad de los guionistas está muy abierta a las referencias del Viejo Continente, y por eso, a pesar de que el cómic de Tintín no está editado en Estados Unidos, la pequeña Simpson ya tenía entre sus lecturas a este personaje eminentemente europeo, y que comparte con ella el afán por resolver enigmas y hallar la verdad escondida por los poderosos. Lisa es una pequeña que puede llegar a ser muy incómoda para las autoridades políticas, como se demuestra en varios capítulos. El abanico de sus referencias suele trascender la cultura «académica» y llegar a incluir el cómic de culto «Ghost World», de Daniel Clowes, que no pasó inadvertido a los guionistas por su acercamiento a la vida de los adolescentes y las mujeres jóvenes, que encaja muy bien con el perfil de Lisa. La alta cultura y la popular tienen cabida de forma alternativa en la guía de lectura que constituye Lisa Simpson, que, si bien a veces fastidia por ser tan resabiada, también nos puede enseñar muchas cosas.
Grandes autores
- No tiene nada de particular que a Lisa le fascine «Las uvas de la ira», de John Steinbeck: el viaje por la América de la Gran Depresión encaja en los valores humanitarios y solidarios de la pequeña.
- La lectura de la discreta y enamoradiza Emily Dickinson está entre las habituales de los jóvenes americanos. Lisa comparte algún que otro rasgo con la gran poeta que soñó con el amor ideal.
- Cronista por excelencia de la política América, Gore Vidal no es sin embargo lectura para niños. Aunque a la pro-demócrata Lisa le vayan obras como «Imperio» o «Armaggedon».
- Al fin y al cabo, Lisa es una niña, y la saga de Harry Potter no escapa a sus gustos. Su autora, la británica J. K. Rowling, es de los autores que han pasado en versión amarilla por la serie.
- Padre del «nuevo periodismo», Tom Wolfe, autor de obras como «La hoguera de las vanidades» y «La izquierda exquisita», ha visitado con su traje blanco de dandy el universo de los Simpson.