Barcelona
Cinco personas han muerto por ataques de perros en España en 2010
Un total de cinco personas han muerto a lo largo de este año a consecuencia de ataques de perros, el último de ellos un hombre de 55 años que fue agredido por dos perros rottweiller en un picadero de caballos en Carcabuey (Córdoba).
A consecuencia de este ataque también ha resultado herido grave el hijo del fallecido, de 29 años. El pasado 15 de mayoun niño de dos años murió en Pazos de Borbén (Pontevedra) tras ser atacado por un pit-bull propiedad de la familia del menor, perro que, tras el accidente, sacrificó el abuelo del niño.
Tres semanas después, el 7 de junio, un niño de tres años de edad falleció en Santa Cruz de Tenerife a causa de las mordeduras de otro perro de raza pit-bull. El animal, que había sido adoptado en un albergue comarcal, se abalanzó sobre el niño, que en esos momentos se encontraba en brazos de su madre, y le mordió en el cuello.
El 23 de octubre fueron hallados los cuerpos sin vida de dos indigentes -un hombre y una mujer, de entre 60 y 65 años,- en unos huertos situados en el barrio de La Llàntia de Mataró (Barcelona). La autopsia confirmó que su muerte se produjo por el ataque de algunos de los veinte perros con los que el varón convivía desde hacía tres años.
En los últimos diez años, al menos veinte personas han muerto por el ataque de perros.
Así, el 18 de marzo de 2000 falleció una niña alemana de 20 meses por las heridas que le hizo un perro de raza "Sttafford"propiedad de un amigo de sus padres, al que visitaban en su casa de Santa Lucía de Tirajana, en Gran Canaria.
Y ese mismo año, el 28 de junio, murió un hombre de 79 años varios días después de ser atacado por un "husky"siberiano, cuando paseaba por una finca de su propiedad, situada entre los municipios sevillanos de Valencina y Gines.
En noviembre de 2001, José Rivas Rivas, de 52 años y vecino de Ribeira (A Coruña), murió por las heridas producidas por su pastor alemán, que le atacó después de que el hombre le golpease con una barra de hierro.
2002 se cobró otras dos víctimas: Gumersindo Alvarez Fano, vecino de La Coría, en Gijón, de 81 años, que murió el 9 de marzo al ser agredido por tres perros de un vecino; y un valenciano de 29 años, que falleció el 15 de octubre cuando fue atacado por dos perros, cruce "rotweiler"y mastín, en un terreno de Carcaixent (Valencia) donde la víctima entró presuntamente a robar.
Otras dos personas murieron en 2003: el 9 de septiembre, un hombre de 30 años agredido por tres mastines napolitanos que custodiaban un desguace en Mijas (Málaga), donde la víctima supuestamente pretendía robar; y el 16 de noviembre, un bebé de 20 meses asesinado por un dogo alemán, propiedad de sus padres, en una finca particular en Calzada de Calatrava (Ciudad Real).
El 3 de julio de 2004, un hombre de entre 60 y 70 años murió por el ataque de su pit bull en su domicilio de Benifaió (Valencia); y el 13 de agosto de ese año una niña de cuatro años murió por las heridas causadas por dos perros -un "ca de bestiar"y un "boxer"mezclado con pastor belga-, en el domicilio de sus tíos en Llucmajor (Mallorca).
Otra niña, de dos años, falleció el 6 de junio de 2005 en Sitges (Barcelona) por el ataque de un perro de raza akita inu, propiedad del compañero de la madre de la víctima.
Justo un año después, el 8 de junio de 2006, murió una mujer de 50 años tras ser agredida por el perro de su hijo, de raza american staffordshire terrier, mientras tendía la ropa en la azotea de su casa en La Laguna (Tenerife).
2007 se cobró otras dos víctimas: un hombre de 79, fallecido el 31 de enero por el ataque de tres pit bull de una propiedad cercana a su finca de Pinos Puente (Granada); y otro hombre de 40 años, muerto el 5 de diciembre en Cañete la Real (Málaga), a consecuencia de las heridas que le causó su perro, un mastín que le atacó cuando fue a alimentarlo.
En 2009 hubo otras dos muertes: el 28 de abril murió un hombre de 94 años tras ser atacado por su perro, en una finca de Vilassar de Mar (Barcelona); y el 17 de agosto falleció otro hombre, de 65 años, agredido por un Akita Inu, que vigilaba el desguace donde trabajaba, en Elche (Alicante).