Autónomos
El Gobierno ignora más de 50 medidas salidas del Congreso
Para combatir el desprecio del Ejecutivo, el PP está cambiando las propuestas en proposiciones de ley.
Si fuera por el nivel de ejecución de las iniciativas que aprueban Sus Señorías en el Parlamento, bien podría cerrarse la sede de la soberanía nacional y no pasaría absolutamente nada. Sólo en los últimos años, el Gobierno de Zapatero acumula sin haber puesto en marcha, como le instó en su día el Congreso, más de medio centenar de mociones y proposiciones no de ley aprobadas en comisión o en Pleno.
Y eso dejando fuera del escrutinio algunas comisiones parlamentarias que, de tenerse en cuenta, podrían elevar el nivel de incumplimientos hasta alcanzar el centenar.
Ese incumplimiento sistemático de lo que finalmente apoya la mayoría democrática es la razón que explica que grupos, como el del Partido Popular, hayan empezado a transformar las propuestas que ha bendecido la Cámara en proposiciones de ley, que en el caso de ser de nuevo ratificadas se convierten inmediatamente, como dice su rótulo, en legislación en vigor.
Extraordinario
Pero ni por ésas, ya que los grupos aún pueden chocar con otro muro: el instrumento legal extraordinario por el que el Ejecutivo puede vetar aquellas propuestas que supongan un incremento de gasto o una reducción de ingresos del Estado.
El Gobierno se ha abonado al uso de ese mecanismo hasta ahora excepcional y ahí está el reciente ejemplo del veto al debate y a la votación para que se anulase la congelación de las pensiones.
Entre las medidas que el Gobierno acumula en su «debe» hay un grueso paquete de propuestas del PP, en su mayoría de índole económica, y sobre las que en su día se consiguió concitar un acuerdo mayoritario a partir, claro, de las modificaciones pertinentes.
La relación es tan amplia que como ejemplo cabe citar sólo algunas de ellas. ¿Dónde está el plan de choque para el sector turístico, con unas medidas concretas, que demandó el Congreso al Gobierno? Pues no sólo no está, sino que es más que probable que de los programas de fomento turístico salgan parte de los 400 millones de euros que Industria ha anunciado que recortará en gastos financiero
¿Y qué ha sido de la moción sobre la situación de las familias sobreendeudadas que fue calificada en mayo de 2009? ¿O del paquete de propuestas para paliar los efectos de la crisis financiera en la economía de las familias y las pymes calificada en octubre de 2008? ¿O de las iniciativas para paliar la subida de precios de los carburantes? ¿O del compromiso para mejorar la transparencia de las estadísticas de paro?
Más medidas acumuladas
Tampoco se ha establecido un procedimiento para compensar las deudas tributarias pendientes de pago por pymes y autónomos con deudas reconocidas y pendientes a su vez de pago ni se ha modificado la normativa del IVA para permitir el pago del IVA a pymes y autónomos cuando cobren sus facturas.
Y lo mismo ocurre con la demanda de que se elabore un calendario de ejecución y finalización de obra pública de transportes, con la agilización y simplificación de trámites para la creación de nuevas empresas, con las medidas fiscales para mejorar la liquidez de pymes y autónomos o con la ampliación del plazo de amortización de los préstamos a pymes y emprendedores en las líneas ICO correspondientes, «con el fin de aliviar la grave situación por la que pasan estos agentes económicos», según rezaba la proposición no de ley calificada en noviembre de l año 2008.
En esta relación de incumplimientos figuran también otras iniciativas con objetivos tan diversos como mejorar la eficiencia energética, el acceso a talleres de empleo que promuevan la recolocación de los parados que han agotado los subsidios, evitar que los nuevos sistemas de riego impliquen más factura eléctrica para los regantes, mejorar las políticas estatales de I+D+i, ampliar el plazo de la moratoria en la materialización de las cuentas de ahorro vivienda en un año más para la compra de vivienda habitual…
«Rebeldía parlamentaria»
Tampoco constan avances sobre los emplazamientos al Gobierno para que restablezca las partidas presupuestarias sociales que fueron disminuidas en base al acuerdo de no disponibilidad de créditos de 1.500 millones de euros, ni mucho menos en relación a los mandatos para que se reduzca el Consejo de Ministros o para establecer un control parlamentario de los mandatos de la Cámara.
Y esto es sólo la punta del iceberg: «Puede decirse que el Gobierno está en rebeldía parlamentaria». Así ve el PP la situación. Pero el problema se agrava si se tiene en cuenta que la tentación de ignorar lo que dice el Congreso la han tenido, con sus diferencias de intensidad, todos los Gobiernos anteriores.
El presidente y el genocida
Zapatero copreside a partir de hoy en la ONU la Cumbre de Revisión de los Objetivos del Milenio junto a un compañero incómodo. Se trata del presidente de Ruanda, Paul Kagame, imputado por genocidio en la Audiencia Nacional por el juez Andreu. Ya en julio, el jefe del Ejecutivo español se zafó de entrevistarse con él cuando estuvo en Madrid en una reunión preparatoria. Fue Moratinos, como casi siempre, quien dio la cara. La Moncloa no tiene prevista ninguna bilateral entre Kagame y Zapatero, aunque esta vez va a ser casi imposible librarse de la foto que nadie quiere.
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