Eslovaquia

ANÁLISIS Una sentencia política

La Razón
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¿Se esperaba que la Audiencia Nacional favoreciera el cierre de Garoña?
–Es una decisión política bastante lamentable. La central burgalesa es la que tiene más actividad, pero eso no significa que sea la más vieja como demuestran las diferentes pruebas que ha superado para conseguir el aprobado del Consejo de Seguridad Nuclear. La influencia del desastre de Fukushima ha determinado la decisión, pero es un acto muy irresponsable en el momento económico que vivimos.

¿Esta decisión podría entorpecer la ampliación de la licencia de Ascó que se decide este año?
-No tiene por qué. Estoy seguro de que esta central conseguirá su ampliación ya que ha superado el análisis de la reducción de la seguridad.

 ¿Los trabajadores que se dedican a la industria nuclear deben temer por sus puestos de trabajo?
-Muchos de ellos van a tener muchas dificultades para poder trabajar en centrales españolas y emigrarán a otros países como Polonia, Francia y Eslovaquia, donde existen proyectos activos.

¿España podría seguir los pasos de Alemania y abandonar la energía nuclear?
-La actitud alemana es irracional, su guiño a los grupos ecologistas les va a obligar a incrementar el número de centrales de gas y, por lo tanto, a elevar la tarifa eléctrica. Sus vecinos, Rusia e Islandia, se van a convertir en sus principales distribuidores, ya que en el territorio alemán no existen grandes fuentes de gas de las que puedan abastecerse.