China
Los peces asesinos
Un informe de la Agencia de Protección de la Salud advierte de los riesgos de la Ictioterapia
Cuando Demi Moore afirmó que empleaba sanguijuelas como tratamiento de belleza, todo el mundo quedó impactado. Aunque ya nadie se sorprende de las excentricidades de las «celebrities», que la actriz utilizara a los pequeños «chupa sangre» para eliminar toxinas de su cuerpo parecía salirse de lo acotado como aceptable. Ahora, una nueva técnica cosmética pone a prueba los reparos de los más reticentes: la ictioterapia promete tener siempre manos y pies a punto. Y es que eso de hacerse manicura y pedicura es muy cansado, y parece que todo lo que suena a natural gusta especialmente. Así, en este nuevo tratamiento cosmético, las pequeñas carpas «Garra Rufa» se encargan de eliminar la piel muerta de los pies. Pero, ¿está libre de peligro esta terapia con peces?
Las consecuencias de introducir las extremidades en un tanque de agua caliente (entre 30 y 40 grados) y dejar que unos peces se alimenten de la piel muerta son evidentes. Aun así, esta nueva técnica se expande como la espuma. Nacida en lugares como India, China y Corea, ha llegado a nuestro país y las eternas buscadoras de lo más nuevo en cosmética se han dejado encandilar por los pequeños pececillos. Ofrecida por cada vez más establecimientos y centros de belleza, la ictioterapia se ha hecho rápidamente popular. La mayoría de los centros establecen un límite de treinta minutos para evitar que los peces «coman» más de la cuenta y acaben produciéndose heridas. El precio estándar está en veinte euros, aunque existen opciones más económicas –y peligrosas– en centros comerciales que rebajan el precio hasta los nueve euros.
Belleza de riesgo
Sin embargo, la Agencia de Protección de la Salud de Reino Unido ha querido alertar a la sociedad de los peligros para la salud pública que pueden derivarse de esta técnica y ha publicado una guía cuyo objetivo es «controlar la propagación de las infecciones». La ictioterapia supone el uso de seres vivos, por lo que los métodos convencionales de esterilización y desinfección del agua y del equipo no son aplicables. Esto ha generado una gran preocupación por la posible transmisión de infecciones, por lo que numerosos países han prohibido su práctica. Además de Canadá, más de 18 estados americanos han restringido por ley este procedimiento, mientras que en Alemania se han establecido extensos requerimientos para ofrecer este servicio, incluyendo pruebas de sangre y veterinarios especializados.
Numerosas bacterias han sido halladas en el agua que se utiliza para llevar a cabo esta singular manicura: además de la temida E. coli, estafilococos y pesoudomonas tienen aquí su lugar de residencia preferido. También han sido reportadas salmonela y legionela, además de hongos, papilomas y otras bacterias. Pero el mayor peligro y el que nadie parece tener en cuenta es la transmisión de enfermedades peligrosas como el VIH y las hepatitis B y C.
Enfermedades peligrosas
John Ho, administrador del salón de belleza y reposo Yvonne Hair and Nails, afirma que los peces pueden ser buenos pedicuros, pues retiran las escamas de los pies en un procedimiento que en su centro ya ha sido aplicado a cinco mil personas. «Es un buen tratamiento para todo aquel que quiere tener pies bonitos», asegura. Sin embargo, el doctor Santiago Moreno, especialista en infecciones del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, advierte de que existe un gran peligro de infección: «Fundamentalmente, pueden ocurrir dos cosas: que se produzcan infecciones porque alguien sea portador de las mismas y se transmitan bien a través del agua, bien a través de los peces, o que en la propia agua se reproduzcan diferentes hongos y bacterias que puedan transmitirse después a los clientes».
Aunque la innovación en belleza suele traer siempre avances positivos, parece que las manicuras y pedicuras tradicionales son la mejor solución. No hace falta correr riesgos para lucir manos y pies cuidados y bonitos.
Las famosas dan el callo
Hasta tal punto llega la histeria por la ictioterapia, que cuando Angelina Jolie viajó a Malta con sus hijos para acompañar a Brad Pitt en uno de sus rodajes, no lo dudó un momento y llevó a sus seis pequeños a realizarse el famoso tratamiento: «Fui a dar una vuelta con los niños y les llevé a que se hicieran esa loca pedicura de peces. Dijeron que fue muy divertido, se pusieron histéricos». La propia actriz decidió probarlo después, y aunque el resultado no le convenció del todo, dijo que fue un masaje muy relajante. Pero la mujer del actor más atractivo no es la única. Jessica Simpson también es una fanática seguidora de este revolucionario tratamiento: la cantante de Texas dice realizarse la pedicura con peces por lo menos una vez cada dos meses. Y se rumorea que Eva Longoria está pensando en sumarse al carro.
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