Moda
Si quiere estar a la moda sepárese los dientes
"Diastema". Dicho así, a palo seco, evoca al nombre de una enfermedad tropical o de un virus de origen desconocido. Pero si se le une la palabra "Vanity Fair", y el cóctel se completa con Madonna, David Delfín o Vanessa Paradís, resulta que, por arte de magia, estamos hablando de moda. La de separarse los dientes. Increíble pero cierto.
Si no fuera porque de mayor iba a marcar tantos goles, Ronaldo (el brasileño, el de toda la vida, sin el Cristiano delante) habría sido una más de esas víctimas de la crueldad infantil por culpa de unos "dientes de conejo"a los que, se miren por donde se miren, es difícil encontrarles la gracia.
Si no fuera porque, de mayorcita, iba a ser multimillonaria, quizás Madonna se replantearía retocarse la única parte de su cuerpo que no ha pasado por el quirófano. Y si no fuera porque, como modista provocador que es, a David Delfín se le perdona casi todo, ya habría sido criticado por su última excentricidad: la de pasar por el dentista para abrir un pequeño hueco entre sus "palas".
¿Qué está ocurriendo? Algunos dentistas han advertido ya de que lo que hasta ahora era una excentricidad de algunos se está convirtiendo en algo parecido a una moda: la de acudir a tu clínica dental y pedir que te separen los dientes centrales superiores, para tener así lo que en términos médicos se conoce como diastema.
Esta imperfección/moda ha salido del armario gracias en parte a la revista Vanity Fair, que ha publicado una lista de las celebridades que lucen imperfecciones en su boca y, lo que es peor, la ha vinculado con el éxito en su trabajo. La relación es larga, empezando por los mencionados Ronaldo o Madonna y continuando por Vanessa Paradís, Elton John, Eddye Murphy, Georgina Jagger, Lauren Hutton, Elijah Wood ('Frodo' en 'El Señor de los Anillos') o la también actriz Anna Paquin. Y, por supuesto, la inolvidable Brigitte Bardot.
En España, la relación la encabeza Dani Martín, el ex de "El canto del loco", aunque sin duda el caso más llamativo es el de David Delfín, que ha reconocido haberse puesto los populares "brackets"en su dentadura no en este caso para unir, colocar y embellecer piezas dentales, sino para subirse al carro de la diastema.
¿Y por qué? Dicen los expertos que rejuvenece. Está por ver. Desde luego, y como cualquier operación, la intervención no está exenta de efectos colaterales en las encías. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Y mucho menos un dentista.