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Nubes grises sobre la «Libia libre»

Los rebeldes proclamarán hoy su victoria total y pondrán en marcha un proceso político lleno de incertidumbres

El primer ministro libio anuncia elecciones en un plazo de ocho meses
El primer ministro libio anuncia elecciones en un plazo de ocho meseslarazon

Ahora que el régimen de Gadafi ha terminado con su muerte, Libia se prepara para la transición democrática después de 42 años de dictadura. Las nuevas autoridades libias diseñaron una hoja de ruta cuando tomaron el control de Trípoli en agosto y ayer se comprometían a cumplirla. El primer ministro rebelde, Mahmud Yibril, aseguró ayer en el Foro Económico Mundial en Jordania que en un plazo de ocho meses Libia celebrará elecciones para elegir una Asamblea Nacional que será la encargada de redactar la nueva Constitución del país y de formar un Gobierno interino.

Sólo esta primera fase de la transición se presenta complicadísima, ya que Libia no tiene ningún tipo de institución ni cultura democrática, y el CNT ya ha faltado a sus promesas en otras ocasiones. El propio Yibril prometió que dejaría el Gobierno cuando Sirte cayera: la batalla por la ciudad terminó el jueves y ayer, al cierre de esta edición, el primer ministro no había presentado aún su dimisión.

Elecciones en ocho meses
Yibril ha sido especialmente criticado por los islamistas que están emergiendo con fuerza en Libia y reivindican su papel en el futuro del país. Al igual que ellos, otros grupos y personalidades ya han empezado a luchar por el poder en los despachos, mientras que en las calles los rebeldes compiten y buscan el reconocimiento por el sacrificio hecho en los ocho meses de guerra. Por ello, Yibril dijo ayer que el principal reto ahora es la unidad y la reconciliación en Libia, país basado desde siempre en las relaciones entre tribus, familias y regiones.

Ahora que los combatientes de Misrata han capturado finalmente a Gadafi, la competitividad entre las diferentes ciudades y batallones podría agravarse aún más: los rebeldes de Misrata presumen de ser los más valientes y los que han aportado más a la lucha contra el dictador, y rechazan la autoridad del CNT.

La analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en Bahrein, Emile Hokayem, sostiene que las campañas militares de estos dos últimos meses en los feudos de Sirte y Beni Walid han provocado una fractura en las filas rebeldes. Bajo este contexto, Yibril dijo ayer que el desarme es la prioridad en estos momentos en Libia, que tiene que volver a la normalidad y dar por concluida la guerra antes de empezar la transición. Se calcula que en el país hay al menos un arma por habitante y, aunque se han trazado planes para retirarlas e integrar a los rebeldes en las fuerzas de seguridad regulares, ya hay batallones que rechazan hacerlo, así como abandonar Trípoli, a pesar de que la conquista de la capital ocurrió hace dos meses.

Para los rebeldes queda pendiente una batalla: encontrar a Seif al Islam, el único del clan Gadafi que sigue en paradero desconocido. Seif está acusado de crímenes contra la humanidad por la Corte Penal Internacional, al igual que el ex jefe de la inteligencia libia, Abdalá al Sanussi, que supuestamente habría conseguido salir del país y entrar a Níger. Mientras, la hija de Gadafi, Aisha, y su mujer, Safia, habrían recibido asilo en un país del Golfo Pérsico, según el periódico argelino Al Shuruq. Ambas habían huido de Libia en agosto rumbo a Argelia, junto a Aníbal y Mohamed Gadafi, a los que no se les habría concedido asilo en un tercer país.

El CNT siempre ha sostenido que llevaría ante la justicia a los miembros de la familia y el régimen de Gadafi, pero la mayor parte de éstos están huidos o muertos, y el propio coronel no podrá responder por sus crímenes. Su cuerpo permanecía ayer en Misrata a la espera de que se decida cómo y dónde enterrarlo. Pero su muerte acelera sin duda el comienzo de una nueva era en Libia, que está previsto que sea declarada totalmente libre esta tarde en Bengasi por el CNT.


Colas para ver el cadáver
Libios de todos los rincones del país marcharon ayer en procesión a Misrata para ver con sus propios ojos el cadáver de Muamar Gadafi. «Nunca le había visto en persona pero quería cerciorarme de su muerte», explicaba ayer un vecino de Sirte al salir de la morgue. El cuerpo del coronel está junto al de su hijo Mutasim y su escudero Abu Bakir Yunis.