Casa Real
El récord del Rey: saludó a 1050 invitados por Jesús Mariñas
Superó su propia marca, el Monarca batió un nuevo récord. Mantuvo el tipo de principio a fin aunque, respetuoso con el protocolo, fue el primero de la Familia Real en retirarse. Siete horas a pie y firme desde el desfile a la posterior recepción en Palacio suponen un «tour de force». Casi todos iban con la inquietud de comprobar su estado físico, pero bastó con verlo a pie de trono en el besamanos más largo de estas recepciones palaciegas. Si hasta ahora la marca estaba en 850 concurrentes, lo de este 12 de octubre fue insólito. Impertérrito,risueño y bromista como acostumbra, Don Juan Carlos hizo alarde de recuperación pasmosa ante los 1.050 invitados.
Entre ellos se encontraban Isabel Preysler y un Miguel Boyer tres pasos más atrás de su esposa; ellos también cuidan el protocolo. Impecable, Isabel impactó por la discreta elegancia de sus perlas bicolor, australianas y de Tahití, valoradas en 58.000 euros. Pieza de ida y vuelta, pues es imagen de Suárez. Fue de las pocas en llevar guantes, al igual que Sonsoles Espinosa.
En los corrillos hubo opiniones para todos los gustos sobre el «look» de Doña Letizia. El conjunto de pantalón y blusa parecía más incómodo que inadecuado. Quizá demasiado desenfadado para una Fiesta Nacional el ancho del cinturón con enormes ágatas grises. Sobresalió Doña Elena en Chanel, con un abrigo impecable que no se quitó en las casi tres horas de cóctel. «Yo misma me aliso el pelo con una de esas máquinas, son auténticas planchas», me dijo realmente satisfecha, como de sus habituales compras en un Carrefour que está al lado de su casa.
«Froilán tiene problemas para entender las explicaciones de su colegio inglés, una terminología que le resulta nueva. Va acostumbrándose», reconoció.
Aunque para sorprenderse, las declaraciones de la titular de Defensa: «Me gustaría desmilitarizar el 12 de octubre. Que fuera más fiesta y menos castrense», me dijo Carme Chacón, vestida con un traje gris marengo adquirido en su tienda barcelonesa habitual. Es fiel a ella, como Elena Salgado, a los dos piezas impecables de Alfredo Villalba de su local de Serrano. «Los encargo parecidos y suelo combinarlos, así parece que tengo más», confesó. Trini Jiménez llevó a su apuesto novio orensano y Bibiana Aído evocaba a su tierra ante el suyo.
En definitiva, satisfacción al constatar, comprobar y ver que sigue siendo el Rey. Y que nos dure. .
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